viernes, 31 de diciembre de 2010

FÁBULAS HUMANAS PARA ANIMALES DOMÉSTICOS



El cerdo rapsoda contaba a su audiencia:

Los seres humanos están tiranizados por rutinas del lenguaje y encorsetados por sempiternas fórmulas rituales. Se saludan, se despiden y se felicitan constantemente simulando buenas maneras…. y deben decir buenos días, buenas tardes, buenas noches, hola, qué tal, cómo andamos, tirando, que lo pases bien, hasta pronto, cariño, hasta lueguito, mi vida, que duermas bien, cielo, cuídate, felicidades, mamá, enhorabuena, tío, cuánto tiempo sin verte, tronco, qué alegría saber de ti, felices fiestas, buena entrada de año y otras mandangas formularias hasta la náusea… a pesar de que cuando dicen estas cosas deben vencer una cierta desazón rutinaria y mecanicismo lingüístico… y acaso se sientan igual que ante un mendigo que extiende una mano. Tanto si uno le da una limosna como si se la niega, uno siempre se acaba sintiendo mal.
Nosotros los cerdos que tenemos más capacidad de síntesis podemos resumir todas estas fórmulas aburridas y engorrosas en un gruññññññññññññññ festivo y elocuente.

Y todos los cerdos gruñeron complacidos.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL INICIADOR DE HISTORIAS


Tenía escritos más de mil principios de historias prodigiosas. Los escribía en cualquier sitio: su mano, la puerta de un retrete, en una servilleta grasienta y luego los pasaba a su cuaderno de colores. Normalmente esos principios fabulosos se le ocurrían en presencia de una mujer hermosa, que se sentaba en frente de él en el metro o el tren de cercanías. Ahora camino del Hospital tenía a una joven que se apartaba el flequillo arrubiado delante de un best-seller, y entonces escribió con su caligrafía borrascosa sobre la esquela de un periódico.
La mujer aplastó una mosca en el libro, y luego reparó en que eran las palabras, que cobraban vida propia y se convertían en monstruosos insectos.
En el hospital le hicieron esperar 20 minutos y pudo pensar en dos o tres principios de relato increíbles. Uno de ellos se lo inspiró una enfermera de andares distraídos que daba ánimo a las viejas con una voz tímida.
La enfermera Kapeck miraba al enfermo terminal con una rabia tranquila mientras le desenchufaba el último tubo de su boca y sus pulmones burbujeaban en busca de aire...
Cuando estuvo delante del oncólogo, un hombre robusto con la cara granulada, pensó que sus palabras eran como el principio de uno de sus cuentos.
-Para serle franco, Martínez, tenemos que decirle que la cosa se ha puesto más bien fea. La metástasis se ha extendido hasta el abdomen. Tendremos que aumentar las sesiones de quimio a partir de esta semana.
Volvía en el metro como si no se hallara en ningún sitio. Sus ojos rebotaban contra las caras adormecidas y graves de los viajeros. En frente se sentó una muchacha muy hermosa, pero le parecía que su hermosura no le producía ya esos ataques de ciega exaltación y violenta felicidad.
Sacó su cuaderno de microrrelatos o mejor de principios de historias. Leyó alguna.
Al mirarse en el espejo Martín Kapeck, advirtió en que uno de sus ojos le miraba con una lejanía culpable, como si le reprochara su último crimen.
Algunos de sus amigos le decían que esos principios estaban cargados de potencialidad creativa y que muchos eran joyas en sí mismos, pues incluían en dos líneas un nudo innecesario de desarrollar y una final muy sugerente. Su madre se había aprendido media docena de memoria y se los contaba entre sorbos de whisky aguado a sus amigas pacientes en sus partidas de cartas de los jueves. Incluso alguna vez había tratado de dormir a su sobrina de 7 años con sus minirrelatos, pero ella le miraba con serio pasmo infantil y le decía... ¿Y después qué pasa, tío? ¿Por que no me cuentas alguna vez un cuento con final?
Se acordó de Cris, su última novia, que había dejado hacía unos tres meses. La había conocido como a otras en face-book. Él le escribía cada día un principio de historia y ella le correspondía con dos o tres haikus voluntariosos. Hasta que se conocieron en persona. Ella le susurraba sus haikus cerebrales en la oreja y luego se la mordía con un voraz hormigueo salivoso. Mientras hacían el amor, ella le desgranaba un haiku detrás de otro entre jadeos ardorosos y sus jadeos contrastaban con la fría inanidad de los haikus. Ella siempre le pedía una opinión sobre cada uno de ellos y él siempre tenía a mano un gesto convincente de aprobación, que ella correspondía con un beso posesivo en su boca, que le acaba raspando el paladar horas después con un aroma áspero a tabaco negro. Un día borracha se desplomó sobre su regazo y le dijo. ¿Sabes, cariño, que pienso en haikus? Todo lo que me viene a la cabeza es en forma de haikus y es que no lo puedo remediar.... Y mientras sollozaba hilvanaba sus haikus insulsos uno detrás de otro entre gemidos dolientes que a él le producían una hastiante indiferencia. Ya se le habían gastado las muecas de aprobación.
Releía ahora algunos de sus principios de historias prodigiosas.
Escribió su nombre completo, Beatriz de Moura, encima de un hormiguero y las hormigas empezaron a devorar las letras de su nombre y apellido una a una....
o
Cuando Marcos Kapeck despertó de su sueño y miró por la ventana había desaparecido la casa de enfrente con su peluquería y su agencia inmobiliaria y en su lugar se erigía una selva llena de pigmeos desnudos y absortos que le miraban en silencio.
Apartaba asqueado la vista de ellos. Le producían una dolorosa aversión. Todos eran vacuos, estúpidos o efectistas. En realidad así había sido su vida. Compuesta de principios de historias que prometían mucho, pero no daban ni para un mal párrafo. Así había sido con sus amigos escritores que conocía en los blog literarios, en las tertulias de Lavapiés, o en sus trabajos fugaces de operario telefónico o profesor en Academias de idiomas.
Así habían sido sus amores baldíos. Las treintañeras tristes que había conocido en los chats y en las redes de Internet. Tras tomar sus primeros cafés de ilusión, y leerlas varios de sus inicios magistrales, luego se posaba entre ellos una nube gris y enrarecida, y si no era así y la cosa funcionaba en el primer encuentro, no iba más allá de la cuarta cita, tras una cópula desmañada. No había sido capaz desde que perdió a su primera novia en un accidente de mantener una relación con una mujer por más de tres meses.
Así eran su historias, tres líneas azarosas que escribía en cualquier lado, inspiradas por la belleza inasequible de una muchacha que compartía con él cinco o diez miserables minutos en el asiento del metro o el tren de cercanías.
El cuaderno se le cayó al suelo. Una mujer mayor se inclinó a recogerlo. Ella se lo puso en su regazo sin que él llegara a reaccionar como si fuera un animal muerto. Vio su propia sonrisa lastimera disolviéndose en el cristal del vagón, mientras sus ojos rebotaban en los viajeros y en el túnel oscuro.
En cambió el muy cabrón, sí que había escrito una historia poderosa e invisible. Tenía que haber aprendido de aquel hijo de la gran puta. De su discreción y modestia iniciales.
Su cáncer de hígado había ido tejiendo con una precisión, rigor y disciplina implacables un relato de enorme fuerza y violencia. Una novela de gran aliento, como las que él no se terminaba nunca.

jueves, 23 de diciembre de 2010

EN EL NOMBRE DEL FETO (MEMORIAS DE UN ESCRITOR FRUSTRADO)

MÚSICA PARA FOLLAR


Cuando el cabrón –con todos mis respetos– de Pota Muerta, eximio editor español de sobra conocido entre los acólitos del mundillo cultureta,

me recibió en su despacho cercano a la Gran Vía madrileña, con motivo de la posible publicación de mi segunda novela en su editorial, Lengua de Trasgo, lo primero que hizo fue mandar a uno de sus lacayos a comprar unas cervezas –de las verdecitas– a una alimentación china. A pesar de su estado de –evidente– ebriedad, entre él y su –no recuerdo el nombre– factótum se dedicaron a demoler mi humilde –pero digna– obra literaria, que comienza como sigue:


Mis oídos estaban más llenos que la vagina de una starlet del porno.


El tipo –verdadero descubridor de nuevos talentos–, que no había leído ni la primera línea de la novela, abrió el fichero en su ordenador y, con la enorme pantalla delante, comenzó a destriparla echando ojeadas aquí y allá como el buen cubero, que tasa a ojo el peso de una arroba de judías. Comenzó –como se suele comenzar– por el principio, es decir, la frase de marras, que yo había situado en ese punto con la –evidente– intención de epatar al lector, de abrirle el gusanillo por decirlo de alguna manera.
Pota Muerta, al que no se le pasó por alto el truquillo, hizo vibrar sus rizos como los calamares de pega hacen vibrar sus tentáculos, preludiando una de sus eximias declaraciones: ¡Pero hombre –es cierto, soy un hombre–, se te ve demasiado el plumero! Esas fueron sus palabras exactas: se te ve demasiado el plumero. Yo, que no sabía a lo que se estaba refiriendo y me hallaba a la expectativa, sonreí estúpidamente. ¿A qué te refieres? Él, ajustándose las gafas de culo de vaso al entrecejo, perfiló un ademán sutil con sus dedos sobre la barba, apenas un rudimento de semana y media, y me dirigió una mirada sarcástica. Pues porque estás matando moscas a cañonazos, hombre –soy, es cierto, un hombre–. Y prosiguió su ínclito razonamiento: mira, chaval –de un plumazo me había degradado en el escalafón–, en esto de la LITERATURA, los escritores suelen utilizar anzuelos, pero es que el tuyo es demasiado evidente. Anda, mira, mira alguno de los libros que he publicado, para que veas lo que es un anzuelo que no se nota.
Y me sacó tres o cuatro libros, en uno de los cuales la primera frase era un guión de diálogo seguido de un: Cállate. ¿Ves?, me dijo, ¿ves cómo empieza? En la primera línea le manda callar al lector, ¿no te parece genial? Hombre, titubeé, pues supongo que sí, es ingenioso. Él asintió, dándole un sorbo más que amplio a su lata. Claro, y mira este otro. Y me enseñó otro libro, en el cual Había la siguiente secuencia:

¿Entonces?
Entonces sí.
¿Sí?
Sí.
Sí.
¿Vale?
Claro que sí.
Sí.
Que sí.
Vamos.
Vale.
Vale.


Yo me quedé estupefacto, con el libro entre las manos, abierto como la vagina de una starlet del porno, y Pota Muerta me miró con una expresión interrogativa o dubitativa, no sabría cómo definirla, y luego miró con desprecio a su factótum, que sonreía estúpidamente, y yo miré al factótum y él me miró a mí y todos nos miramos, en definitiva, sin saber qué estaba pasando por la cabeza de los demás. Y yo intuí –ahora se me antoja– que Pota Muerta estaba vanagloriándose de sus juicios, que el factótum sospechaba que Pota Muerta pronto estaría lo bastante borracho para invitarle a cenar en un italiano de la calle Libertad, y yo me maravillaba de cómo un tipo así podía decidir sobre la carrera artística de tipos como yo. Pensaba, para ser más exactos, en que Pota Muerta debió de ser en algún momento un tipo honrado, uno de esos jóvenes con ideas innovadoras que por falta de talento terminan siendo agentes o productores o editores, y cómo la indecencia se había ido apropiando de aquel hombre joven lleno de ideas y energía hasta convertirlo en el cefalópodo embriagado que tenía delante, que basaba la literatura en trucos y que no se leía las novelas antes de hablar con los autores.
¿Ves?, me dijo, y yo lo que es ver, no he visto demasiado bien nunca, sobre todo desde que me diagnosticaron una enfermedad congénita –suena a genital– en la retina, no obstante inspiré y le devolví el libro animándole a continuar, y él dijo: ¿Ves cómo una idea original puede ser un buen comienzo, siempre que no se exagere? Y yo me pregunté qué idea original había en aquel inicio, aparte de la de no contar nada de nada en las once primeras líneas, y entonces Pota Muerta se recostó, le dio otro trago a su lata y soltó algo parecido a: ha jugado con las expectativas del lector. Eso dijo, y luego afirmó que un buen novelista siempre jugaba con las expectativas del lector, como un buen amante, eso aseguró, un buen amante con el que una tía no sabe nunca cómo va a continuar el asunto, ¿me explico? Eso dijo, y yo me imaginé la figura gordinflona de Pota Muerta sobre una de sus lectoras, sobre una de sus secretarias, sobre la espalda del factótum, sobre el esqueleto de un antílope, y decidí marcharme enseguida pero no lo hice.
Pota Muerta siguió leyendo. Yo bebí un sorbo de mi cerveza, el factótum comentó lo frías que estaban siendo las tardes últimamente, y luego me dijo que la lectora de mi novela había ido a su mesa de fámulo principal para señalarle la primera línea, esa de la starlet del porno, aunque no sé bien si quería decirme que a ella le gustó o que no le gustó, o que le pareció un truco facilísimo, o que a él le pareció un truco facilísimo o que le gustó o no, lo cierto es que Pota Muerta interrumpió nuestra plática. Bueno, el primer capítulo no me parece demasiado potente para comenzar el libro –tras hojearlo durante dos minutos y medio–, así que pasemos al segundo.
Pota Muerta leyó el comienzo del segundo capítulo y se echó a reír. Luego señaló el ordenador y dijo: mira, ésto tiene su gracia. Podíamos comenzar el libro por aquí. Y leyó en voz alta:
¿Quién no sabe lo que haría si acertase una quiniela, si fuera más alto, si tuviera el pelo rubio y los ojos azules o una polla de treinta centímetros? Pero nadie parece saber bien qué hacer con lo que tiene entre manos.



Pota Muerta sentenció: esto no se nota tanto, es más sutil. Y el factótum estuvo de acuerdo. Y yo no dije nada porque me estaban entrando ganas de vomitar. Luego Pota Muerta –de ahora en adelante P. M.–, tras haber decidido por dónde comenzaría mi novela, señaló: ahora vamos a echarle un vistazo global. Y tiró de avance de página hasta que encontró una palabra que le llamó la atención, en concreto el vocablo jazz y leyó lo que ponía y le pareció una mierda de juicio, porque yo decía que el jazz era una música negra o de raíz negra y él sabía de sobra –porque había sido músico de sesión– que el jazz era una música en la que había habido negros muy buenos, sí, pero que habían inventado los blancos. Entonces el factótum levantó la mano como un niño aplicado que se dirige a su profe y cuestionó la afirmación con la misma sonrisa sibilina de siempre, y Pota Muerta se rascó los rizos, al borde de un estallido de cólera, para pedirle que si no sabía de algo que por favor mantuviese la boca cerrada, porque el blues o el gospel o el rock 'n' roll sí que podían tener una raíz negra, pero que el jazz era harina de otro costal, porque una cosa era el color de piel de Miles Davis o de Charlie Parker o de Oscar Peterson o de Louis Armstrong o de Nina Simone o de Billie Holliday y otra muy distinta que ellos hubieran creado el jazz, y el factótum replicó con un tono bajísimo –de reptil o de lombriz o de larva de mosca–, que al menos reconociera que los negros habían sido los mejores intérpretes de jazz a lo largo de los tiempos y que eso TENÍA que significar algo, a lo que Pota Muerta saludó con una carcajada, tachándole de ignorante, porque si él no conocía a músicos blancos, amarillos o indios de jazz no significaba que no los hubiera, y dijo que Tete Montoliú había hecho tanto por el jazz moderno como el mismísimo Thelonious Monk. Y después de aquello, P. M. bebió lo que quedaba de su cerveza y le ordenó al factótum que bajara a por otras tres al chino de abajo, y el factótum se fue y volvió y P.M. continuó demoliendo mi novela con extractos que sacaba de aquí y de allá, que si esto es mentira, que si esto es infantil, que si esto está mal escrito y la crítica nos va a dar candela por el culo, eso dijo, porque los críticos eran una panda de cabrones que confundían un idiolecto con una mala escritura, aunque mi idiolecto, según su juicio –y él se manifestaba a favor de las innovaciones lingüísticas, que quedase claro– estaba muy cerca de una escritura deficiente y me preguntó qué tenía yo que declarar al respecto.


Y yo le dije que lo único que sabía era que el reggae era la mejor música para follar, y P.M. se quedó callado, como si no pudiese creer que le estuviese contestando aquello a su sencilla pregunta, mientras el factótum se reía a escondidas, tapándose la boca, una sorda venganza contra su jefecillo de pacotilla, aquel tipo que se lo follaba a él y a un esqueleto de antílope en mis pensamientos, y P.M. reconsideró lo que le estaba diciendo y buscó reggae en mi novela y leyó lo que ponía y despachó la cerveza, asegurando que jamás había oído nada parecido. El factótum me preguntó si lo había experimentado en mis carnes y yo le dije que no, que me lo había dicho un rastafari puesto de maría hasta las cejas en San Francesc de Formentera, con la firme convicción de las propiedades afrodisíacas de todo lo que rodease a su cultura jamaicana, y que me había hecho tanta gracia que lo puse en la novela.
A renglón seguido me levanté, tendí la mano a ambos, y me largué del despacho, escuchando la voz de P. M. inquiriéndole a su factótum qué mosca me había picado, caminé unos pasos y me quedé quieto en mitad de la penumbra, pues salvo el despacho de P. M. el resto de las estancias de la editorial estaban a oscuras. Por nada del mundo hubiera apelado a P. M. o a su servicial criado –uno tiene su orgullo–, así que escuché el silencio que se instalaba en el despacho de P. M., escuché un sonoro eructo que no supe si atribuir a uno o al otro, me desplacé a pasitos cortos con las manos extendidas –émulo de Frankenstein, de la Momia, de los muertos vivientes– y antes de franquear el último umbral oí al factótum que interpelaba a P. M. con su voz de hippie bienintencionado. Al principio creí que le iba a decir que había estado grosero conmigo, que así no se trataba a los jóvenes autores –él también era joven–, pero sólo alzó su voz aún más humillada que de costumbre para recordarle al eximio P. M. –gurú de la literatura novedosa en castellano, shogum de los inicios con anzuelo, perito en raíces musicales de las corrientes modernas–, que aún no le había pagado ni un maldito euro de las seis cervezas Heineken que ha´biamos consumido aquella noche.
El feto Malayo

lunes, 20 de diciembre de 2010

TALLER LITERARIO FLAUBERT



Escribir es rehusar que decía el bueno de Flaubert, el eximio novelista francés, que se documentaba escrupulosamente para describir a un loro o hasta cuando le daba un ataque de hipo a uno de sus personajes. Piense hasta qué punto hubiera variado la obra de muchos autores de nuestra época, si aplicaran, sensu estrictu, el principio de Flaubert, y si no se hubieran dedicado a otra cosa, (después de tachar una a una todas sus frases de sus cuarenta novelas históricas o de género negro), a cosas con menos rumbo y glamour, como abrir una tienda de bombones, un mercadillo de filatelia o regentar un quiosco en un barrio noble de la ciudad. Esta empresa sigue pensando que es bueno que haya escritores de tercera y cuarta fila para que se acaben notando los que son buenos de verdad.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Haztemilla. El club de los suicidas sin público



Decía Oscar Wilde que la tragedia de los otros siempre tiene algo de ridículo para los demás. Esta frase le inspiró al eximio escritor inédito, Pedro Contreras, el siguiente cuentecillo macabro.
Un hombre de edad mediana, de estatura mediana, y de peso mediano, y casi todo mediano, se tiró a la vía del tren para que este le arrollara no con mediano éxito precisamente. Una señora que iba de pie, algo agobiada, dijo resoplando:

-Vayas horitas de tirarse que tienen algunos. Se me van a pegar las lentejas.

Hay algunos suicidas aguafiestas que tienen tan mala suerte de provocar el fastidio instantáneo en los demás, cuando deciden tirarse a la vía del tren en horas puntas. Todo suicida debería saber que si hay una fuerza que mueve o paraliza el mundo es la indiferencia de los otros .

viernes, 10 de diciembre de 2010

HAZTEMA. REQUILORIOS GRAMATICALES O LA INUTILIDAD DEL CONOCIMIENTO




Luis Landero arremete en sus artículos, con su sabiduría algo escéptica de antiguo profesor de secundaria, contra los nuevos planes de estudio en donde se enseña mucha lengua, muchos requilorios gramaticales, dice literalmente, y cada vez menos literatura, como si esta se hubiera convertido en la cenicienta del sistema o mejor dicho en la Cantante Calva de Ionesco, que como saben los que la han leído, nunca aparece.
Y encima todos estos conceptos y artilugios gramaticales no sirven para comprender las bellezas y los epítetos tan bien puestos de las églogas de Garcilaso, la inefabilidad mística de San Juan, las metáforas audaces de Lorca, el humor iconoclasta de Valle-Inclán o las sutilezas narrativas del Quijote. Los alumnos aprenden a reconocer los suplementos y los complementos en una oración, con la misma inercia mecánica que reconocen los rosetones o los pináculos en una filmina de una catedral, o a despejar la incógnita en las ecuaciones de segundo grado o a completar un silogismo... pero luego cualquier novela del XIX por entretenida y amena que sea se les cae de las manos por su propio peso.
Y tiene razón Luis Landero en reconocer que el maldito y escurridizo suplemento no sirve para nada en esta vida, solo para darse el gustazo de reconocerlo, y reconocer que uno lo reconoce por las buenas, a golpe de luminosa intuición, como a otros se les aparece la virgen.... En fin que uno no va a ser más feliz ni va a entender mejor el lenguaje de los políticos, plagado de suplementos, por otro lado .
A veces los medios y procedimientos académicos se convierten en un triste fin en sí mismo como una pescadilla que se muerde la cola o como un contorsionista de circo, que pudiera sorber su propio orto durante horas.
¡¡Cuanta obscenidad infundada, madre mía, que no inutilidad vacua, se encierran en los programas académicos!!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

TALLER LITERARIO LA CATARSIS ALMORRANERA




Los dramaturgos de nuevo cuño han revolucionado el concepto de catarsis, les explicaba, Pedro Contreras, en su taller el papel en blanco... pues antes esta se incluía en el plano de la trama, pero ahora, como ya apenas existe trama ni acción ni argumento ni mandangas en vinagre... la catarsis está en el plano formal. ¿Me siguen?
-A medias-opuso una de las viudas de guerra.
Pues mire Romualda.... la catarsis eso que debe producir horror y piedad y náuseas metafísicas a los espectadores, y dejarles con mal sabor de boca, ya no está en lo que se cuenta, en que un hijo se acueste con su padre o una mujer se suicide por no poder enterrar a su hermano como Dios manda, porque en las obras de hoy ni hay muertes ni suicidios, ya que los personajes no se levantan la voz....ni cuando se pegan un golpe con una ventana, porque tampoco hay ventanas... así que el horror, la piedad y la compasion y la náusea metafísica, se infiere de las pajas mentales y formales, con que experimentan los autores para desafiar a su publico y dejarles KO en el intento. O en cualquier caso en sobrevivir a la dureza de la butaca y los crujidos de varios culos inquietos y escasamente receptivos. La catarsis hoy es igual a tener un callo en el culo o una almorrana estoica y especialista en el arte de la ataraxia. ¿Lo entiende ya?
-Estoy en ello.
-Para ponerle un ejemplo pedestre. Es como si usted nos contara las circustancias de su viudedad y a nosotros no nos diera pena en absoluto por el hecho en sí, sino por la poca gracia con que lo cuenta. ¿Ya lo coge?
-Me temo que sí.
-Bueno, pues no se lo tome a mal ni por lo personal, que era un ejemplo inocente.

lunes, 6 de diciembre de 2010

TALLER LITERARIO POÉTICA DE LA MOSCA COJONERA



En un museo de provincias todos los cuadros, consolas, alfombras, tapices, búcaros, y demás enseres eran descritos por una guía madura, como objetos con mucho carácter.
La empresa admira esa capacidad de síntesis de los guías de arte y a veces se siente abrumada por las mil matizaciones sutiles de los teóricos y críticos literarios. ¿¿¿Para cuándo una etiqueta tan sustanciosa y abarcadora para describir un poema, una comedia de enredo, o un relato metaliteraio.??? Es un poema surrealista con mucho carácter, se podría decir, o una adaptación de Hamlet con mucho carácter o un microcuento con mucho carácter, etiqueta que no dejaría insatisfecho ni a los lectores ni al autor, ni mucho menos a esta empresa, a la que le aburren hasta los tuétanos, ya, los tiquimiquis estilítiscos, florituras psicoestéticas y melindres sociopragmáticos, que se les busca a las obras literarias y la legión de Harold Blooms que le salen a Shakespeare o al Quijote como una manada de moscas cojoneras zumbándole las pelotas a un toro salvaje. (La empresa casi lamenta a veces la ramplonería rampante de sus metáforas zoológicas, aunque promete revisarlas en futuras ediciones, para ver si siguen encajando o se quedan obsoletas y se caen como brevas maduras por su propio peso.)

sábado, 4 de diciembre de 2010

HAZTEMA BORGES Y MARADONA




Cuando le preguntaron al gran Borges, qué opinaba de la estrella futbolística Diego Armando Maradona, contestó sin ambages:
-¿Y ese pibe quién es?
Algo parecido le sucedió a Maradona, cuando le preguntaron por Borges:
-Sabés que me suena cantidad ese pibe. Una mina que tuve no hacía más que hablar de él como loquita... así...como si se le fuera la vida en ello.
Las dos personas más famosas de Argentina se ignoraban olímpicamente o pretendían ignorarse. Dicen los filósofos que la ironía es el arte de simular lo que se conoce.
Cosa que a los argentinos, en general, no les viene por vía congénita. Pues les cuesta callarse lo mucho que saben de los misterios de la vida, por eso las sobremesas en Buenos Aires duran siete horas y la de la comida se te junta con la de la cena.
En España, de nuestros políticos, artistas de toda índole, gentes del espectáculo, y grandes comunicadores, debemos pensar que son anti-irónicos por naturaleza, que no están dotados para la ironía, pues no disimulan lo que saben, sino lo peor de todo, hacen ostensible todo lo que no saben, aunque hablen de ello como si lo supieran.
Así que lo contrario de ironía, a juicio de esta empresa, vendría a ser la palurdez exhibida sin pudor ante las masas adormecidas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

HAZTEMA LUNA DE MIEL CON UNA PUTA



El amor incorrespondido o contrariado ennoblece el espíritu y refina la inteligencia. Esta memez la introdujeron los trovadores provenzales, se apropió Petrarca de semejante perla, se la pasó a los plomizos poetas de cancionero, la recogió Garcilaso... y ha prevalecido hasta la poesía moderna con pocos matices. Así que el enamorado tozudo al que le dan todas las calabazas del mundo, se siente como si tuviera un doctorado en Harvard, aunque no sepa hacer la o con un canuto.
Esta empresa, decididamente, y gracias a su insobornable sentido común...del que espera contagiar algo a sus lectores, piensa que es preferible el amor de una puta barata, aunque sus besos sepan a vino de tetrabrik y no te aumente la inteligencia ni te ensanche el espíritu un milímetro, al de una princesa evanescente, que nunca te mirará a la cara, ni te rozará con el aliento, a pesar de producir refinadas jaquecas y sublimes estados de sufrimiento.

sábado, 20 de noviembre de 2010

TALLER LITERARIO EL ARTE DE ESCRIBIR CON EL CULO



Completar con un final feliz la siguiente pieza teatral tratando de mantener vivo el espíritu de sainete minimalista cuasiexistencialista, que promete mucho, (como una rubia calientapollas en una discoteca, pero que luego recogiera velas) y que lo impregna todo, desde su planteamiento mismo. Y si el horno está para bollos, puede añadir alguna nota sicalíptica, que el género teatral ha sido siempre muy agradecido para el humor grueso, inspirándose en la fotografía de arriba.

DE CULO
María:. La vida se me ha meado en la cara, Lucas
Juana: ¿Cómo dices, Pedro?
María: La vida se me ha meado en la cara, Matías.
Juana: La vida ¿Qué....?
María : Se me ha meado en la cara, Mateo. Me ha tratado de culo.
Juana : ¿Quién dices?
María: La vida.
(Pausa.)
Juana : Ah, bueno. Si es solo eso…

domingo, 14 de noviembre de 2010

FÁBULAS CERDUNAS




El cerdo rapsoda encontró escrito en unas servilletas manchadas de crema y migas de bizcocho estas palabras escritas con letra apresurada firmadas por un tal feto-olé. Se las gruñó a sus hermanos congéneres mientras hozaban en el barro despanzurrados.
Esta empresa de vez en cuando escucha a algunos críticos y estudiosos alumbrados de la literatura moderna reflexiones de este calado: Como que al escritor actual ya no le queda más remedio que escribir Metaliteratura pura y dura, que ya no tiene sentido escribir una narración que cuente batallitas, una novela con asunto y tema, una obra de teatro con personajes y un conflicto consistente y reconocible, y por tanto se establece el dogma de que la literatura si debe ser algo, es meramente autorreferencial, como si hubiera perdido de pronto su jugo, y por tanto su capacidad de representación del mundo, y se convirtiera en un mero artefacto o entelequia para filosofar sobre la propia Literatura con mayúsculas, como el hombre que al borde de un precipicio grita su nombre para escuchar el eco cada vez más debil de su voz.
Un poco cortos de miras deben ser aquellos escritores, que no ven una historia posible tras la silueta derrotada de un anciano, tras una belleza adolescente, anónima y baudelarina, que uno se cruza en un paso de cebra, o detrás de una tez oscura, unos ojos temerosos, que habla en una lengua ininteligible, y que se sienta en el metro, con una especie de pudor ensimismado o para simplificar en un gato subido a un árbol. La realidad, es tan rica y se renueva a cada instante, muy por encima y por delante de la inventiva limitada de los genios y sus delirios egometaliterarios.
¿Qué es eso de la metaliteratura?- preguntó uno de los cerdos mientras masticaba barro.
-Es algo así como tirarse un pedo después de haber comido un montón de desperdicios y quedarse uno oliéndolo hasta que deje de oler o incluso seguir oliéndolo cuando ya no huele.-pontificó el cerdo rapsoda.
Y entonces el cerdo rapsoda engulló la servilleta de un solo bocado mientras todos reían sin saber muy bien por qué.

jueves, 11 de noviembre de 2010

TALLER LITERARIO DON QUIJOTE LECTOR DE SÍ MISMO


Cervantes es el primer escritor que supo convertir la propia literarura y su celebración en protagonista primordial de su obra, y que llegó a hacerlo, quizá porque nunca se lo propuso, de forma natural y sin apenas estridencia. En la segunda parte del Quijote, la primera parte del Quijote, es un personaje más, que sirve para dar cohesión a las diferentes figuras y permitir la complicidad entre las mismas. Sobre la personalidad de Don Quijote se proyecta o se filtra su existencia libresca.
Luego, muchos novelistas y cuentistas contemporáneos le imitaron, pero más para mirarse el ombligo y exhibir su exquisito bagaje lector o el de sus criaturas, o crear una sofisticada superposición de planos, o porque acaso no tenían realmente una historia interesante que contar y preferían mostrar las historia en su proceso de ser contada. En estos casos la propia literatura nos habla de sí misma con tanta avidez y obscenidad que se acaba autodevorando, y nos recuerdan a esos contorsionistas procaces que son capaces de engullir su propio sexo. Habría que aprender de Cervantes y de sus discretas habilidades para que la literatura que nos habla de sí misma, se note lo menos posible y pase de puntillas. Porque Cervantes, al revés, que muchos de los narradores modernos, de cuyos nombres prefiere la empresa no acordarse, nos la supo colar de contrabando.

lunes, 8 de noviembre de 2010

HAZTEMA. LOS ENCANTADORES DEL LENGUAJE


Esta empresa se sorprende cada día más, de la sima abismal que existe entre el lenguaje políticamente correcto de los medios de comunicación y el lenguaje duro y espontáneo de la gente de la calle. De tal forma que el moro cabrón y traicionero, la tortillera camionera, el cegato o el viejo chocho gagá , se metamorfosean en el lenguaje de los periódicos o de la tele, en el magrebí sujeto a bolsas de marginación (como si la marginación se pudiera guardar en bolsas), en la lesbiana pletórica de orgullo lésbico, en el discapacitado sensorial y en el anciano afectado por el alzheimer, como si hicieran danzar la serpiente venenosa con la flauta de las palabras encantadas o les envolvieran en un papel de celofán , que luego la gente en sus conversaciones privadas, se complaciera o complaciese en quitárselo a mordiscos y desgarrones. Cuanto más fino y aséptico es el lenguaje de los medios, más bronco y degradante es el lenguaje de la gente.
Para paliar este desfase y provocar una retroalimentación entre ambos discursos, la empresa piensa, que en los medios, se busquen las medias tintas, y se adopten expresiones más desenfadas, de este calado, verbigracia: La torti encantada de sí misma, el vejete bien majo con la cabeza perdida, o el morito que no tiene donde caerse muerto, pero no es mala gente....

viernes, 5 de noviembre de 2010

HAZTEMA EL VICIO SOLITARIO



Jaime Gil de Biedma comparaba la poesía con el vicio solitario. La empresa, bastante alarmada, se da de golpes en el pecho y se sube por las paredes como el toro de la reyerta lorquiano, pensando, que en esta época de exaltación desenfadada y alegre de la pornografía dura, asequible y omnipresente y del amor propio, los poetas potenciales pueden ser legión... y se pueden multiplicar como en el pavoroso cuento de las escobas, que a esta empresa tanto le inquietaba de niño. Al final habrá que darle la razón a Quevedo que decía que no hay mejor manceba que la muñeca de uno.

domingo, 31 de octubre de 2010

FÁBULAS HUMANAS PARA ANIMALES DOMÉSTICOS



FÁBULAS HUMANAS PARA ANIMALES DOMÉSTICOS
El cerdo rapsoda


Entre las fábulas más celebres y crueles sobre seres humanos que circulan entre los Cerdos de El corredor del Henares está la que cantó, rimó, gruñó y luego escribió el Cerdo rapsoda mayor en un lodazal y que posteriormente fue transmitida a lo largo de varias generaciones con leves cambios por vía oral. Se han encontrado ejemplos de la misma fábula con ligeras variaciones y deturpaciones entre las comunidades de Cerdos de la Patagonia, California, y Nueva Inglaterra y el Ring de Kerry, y también en los Balcanes. Esta es la fábula:

Érase una vez un hombre muy flaco y muy limpio y muy bien vestido, (pues los seres humanos no solo se visten sino que también se pueden vestir bien, mal o regular según su propia perspectiva), que iba a una entrevista de trabajo un día muy lluvioso y al ir a cruzar una calle un coche que pasaba rápido le salpicó las perneras de los pantalones. Entonces no supo qué hacer: si volver a su casa a cambiarse de ropa o ir a la entrevista con los pantalones sucios. Y como se quedó parado en mitad de la calle durante diez minutos, no vio venir un autobús que le arrolló y le hizo papilla y le manchó todavía más el traje, no solo de lluvia y barro, sino también de su propia sangre y entresijos, y a partir de ese momento, no tuvo que decidir si iba a la entrevista o volvía a casa a cambiarse los pantalones.

Y todos los cerdos que escuchaban esta historia empezaron a reírse a mandíbula batiente y a revolcarse por el lodalzal hasta partirse el alma.

sábado, 30 de octubre de 2010

TALLER LITERARIO EL ARTE DE TITULAR



Pedro Contreras sufría mucho a la hora de poner un título sugestivo y prometedor a sus novelones y a sus dramas. A veces recurría a los alumnos aventajados de su taller... pero estos le proporcionaban unos títulos insulsos o pretenciosos... Hasta que un día le dijo su viejo amigo de la infancia, Bonifacio Bustamante. ¿A ti te gusta como suenan Don Quijote de la Mancha, El perro del Hortelano, El alcalde de Zalamea, Coplas por la muerte de su padre, La Celestina, Fortunata y Jacinta, La Regenta, Crimen y Castigo, Guerra y Paz, o El Ulises? ¿No opinas que haciendo una laboriosa abstracción de la calidad indiscutible de estas obras parecen títulos de zarzuelas de segunda categoría? Pues.... mira para lo que vale un título. Si la novela es un ladrillo el título no la va a mejorar. Es como ponerle un envoltorio de celofán a una mierda de vaca.

jueves, 28 de octubre de 2010

TELEVISIÓN . BORIS IZAGUIRRE O LA NATURALIDAD ANTINATURAL



La naturalidad a espuertas hace ya tiempo que nos abruma desde la televisión. Los presentadores, los actores y los periodistas son de lo más natural, en los anuncios, en las series, en los concursos, en las tertulias, hablan de forma natural, se manosean, se besan o se magrean de forma natural, se cabrean de forma supernatural, se chillan y se insultan con suma naturalidad y hasta salen en bata y pantuflas, de lo más naturales, si lo exige el guión, y también, humillan al público como si se rascaran una oreja y sacan temas naturales a porrillo y hablan de lo divino y de lo humano sin ningún complejo.

Les vendría bien a todos estos presentadores un cursillo brechtiano intensivo, para que sean capaces de distanciarse de sí mismos y asustarse de su propia naturalidad. Sinceramente, a veces se echa de menos el engolamiento y la acartonada rigidez de los de antes.

miércoles, 20 de octubre de 2010

ME GUSTARÍA SER FRANCÉS


Cuando ves a los franceses salir a la calle y pelear por sus derechos, aunque luego no sirva para nada, me preguntó porqué no nací francés.

Aquí nada. Una huelga que fue un paripé y todo sigue igual. Nada cambia.

Los sindicatos seguirán viviendo del cuento; los parados, jodidos; los trabajadores, cada vez un poco peor.

Tal vez allí nada cambie, pero, al menos, pelean. Aquí todos muertos, amuermados, atontados.

Además, reconozcamos que en general hacen mejor cine que nosotros.

Eso sí, en programas del corazón y en deportes somos la hostia. Preferimos ver una teleserie sobre la princesita Leticia y su "maravilloso" príncipe a ver una serie sobre romanos y Viriato. Belén Esteban es nuestro modelo... ¿qué esperábamos? Nos tienen bien controlados...


Lo dicho, me gustaría ser francés... Al menos, tendría más dignidad...


Feto-Garci

jueves, 7 de octubre de 2010

PAPEL MOJADO




El tío de Pedro Contreras tenía la manía de leer libros solo los domingos por la mañana dándose un baño de agua muy caliente, hasta que los dedos se le quedaban como sarmientos y las letras se ablandaban, y entonces los adjetivos innecesarios, y los primores de estilo, como la piel de las patatas cocidas, se desprendían por sí solos.
A veces hasta se caían del libro, capítulos enteros y hasta la mitad del nudo de una novela histórica quedando muchas veces reducida a un microrrelato monterrosino. En algunos libros de poemas se evaporaban todas las palabras de las páginas y entonces estas retornaban a una blancura inquietante.

sábado, 2 de octubre de 2010

TALLER LITERARIO VIII SOBRE JESUCRISTO


Menos mal que Jesucristo fue ágrafo, porque sin escribir una sola palabra ha tenido una tribu innumerable de exegetas y una bibliografia desorbitada saecula saeculorum y que ha dado cuerda para rato. ¿Qué hubiera pasado si le hubiera dado por escribir una sola frase... o componer un soneto petrarquista a María Magdalena... o un villancico navideño a San José, o una sátira en tercetos a los mercaderes del templo…. o por quedar que no quede, hasta un melodrama rural, o una novela saga de gran aliento sobre las doce tribus de Israel o recitar un epitalamio en las bodas de Caná... o un libro de autoayuda para el ladrón bueno... o no digamos ya.... escribir sus memorias... Les hubiera dejado sin trabajo a San Marcos, San Lucas, San Juan y San Mateo y el Vaticano sería una enorme biblioteca y el Papa el bibliotecario mayor... y no hubiera dejado sitio ni para Cervantes ni Pérez Reverte....

lunes, 27 de septiembre de 2010

MAPA CONCEPTUAL


Este es el mapa concertual que hizo en clase el bestia del Javi expirándose en los mapas.concertuales que hace la profe de Lite de este año con la generación del 98 que nos deja el cerebro más centrifugao que una peonza.... ¿A qué mola mazo?

Vanessa Sobrado. Muy pronto volveré con mis feto comentarios.

domingo, 26 de septiembre de 2010

TALLER LITERARIO VII POÉTICA DEL HASTÍO


Pedro Contreras trataba de combatir el calor de agosto echando una siesta perpetua arrebujado entre las sábanas sucias y sudadas. No tenía ganas de levantarse. Le llegaba un hedor a aceite refrito del vecino ecuatoriano que le estragaba el alma. Le pareció que ese era el olor de la vida. Tan monótona, tan gris, tan llena de tiempos y horas y tardes muertas, tan sucia y a veces tan barata, como si nada progresara mientras sus músculos embotados y laxos eran incapaces de hacer que su cuerpo se incorporara, para dedicarse a alguna actividad que le hiciera deponer su hastío vital por cinco minutos... Se le agotaban los adjetivos existencialistas y se asqueaba de su turbio pesimismo cansino.
Qué poco se parece la vida a una obra de teatro, siempre tan llena de tiempos muertos, de gestos gratuitos, de situaciones injustificadas, de equívocos sin resolver, de deseos difusos y mezquinos, de objetivos inalcanzables, de palabras huecas y cháchara ruin, tan carente de tensión y progresión dramáticas, de personajes o siluetas estereotipadas tan planos y poco interesantes que parece que uno los hubiera parido, tan llena de finales cerrados y previsibles hasta la naúsea.
Definitivamente, el primero que tenía que haberse apuntado a un taller de Dramaturgia era Dios, que creó el mundo en seis días y así le salió.

sábado, 25 de septiembre de 2010

HAZTEMA: LADY GAGA Y GÓNGORA



Don Bartolo Contreras, que como recordará el lector no desmemoriado y que no haya interpuesto varios bestsellers y algunos manuales de autoayuda, antes de embucharse estos haztemas entre pecho y espalda, era profesor de Lengua y Literatura, amén de pariente de Pedro Contreras, escritor prolífico, pero de obra virgen e inédita, y por tanto, refractaria a los cantos de sirenas del mercado editorial. Pues el susodicho, como se encontraba en su último año de jubilación... y como cada año, los alumnos leían menos, y su bagaje lector en literatura española era tan raquítico, como esas acacias que plantan en las aceras y que parece que no van a crecer nunca... (A Bartolo Contreras le enorgullecía en lo más íntimo de su ser sus mentales tropos vegetales) y el que más leía, (continuaba dándole al monólogo interior).. se había leído como mucho... y ya eso daba para una fiesta: el Lazarillo, tres capítulos del Quijote, ocho líneas de la Celestina, una novela cortita de García Márquez y otra cortita de Delibes.
Así que Bartolo Contreras decidió tomarse las cosas con deportividad y tras hacer una estadística, desmotivadora hasta las agallas, de las dos o tres lecturas escuálidas que llevaba cada alumno de clásicos españoles, decidió, que no tenía sentido hablarles de Baroja ni de Unamuno ni de Valle- Inclán ni de Clarín ni de Ferlosio ni de Blas de Otero ni de Buero Vallejo ni de Muñoz Molina…

Así que, hijos míos, a vosotros hablaros de literatura española es como hablaros del sexo de los ángeles o como tener una tía en Granada que ni era tía ni era nada, así que los martes y jueves que toca literatura, vamos a ver videoclips de Lady Gaga, que son más complejos y barrocos semióticamente hablando, que las Soledades de Góngora y más lentos que El Jarama y más herméticos que el primer capítulo de Tiempo de silencio y más picarones que El Lazarillo y El Guzmán juntos, y así me preparáis para mi jubilación, le cojo el gusto al asunto... y me siento a verlos con mis nietos en la tele... hasta que me muera.

jueves, 16 de septiembre de 2010

FACE BOOK O LA RED DONDE SE ENREDAN LOS PRESUNTUOSOS




Después de que varios amigos, alumnos del taller literario, le querían adjuntar a Face-Book, Pedro Contreras, decidió apuntarse, y tras rellenar con desgana su perfil y pinchar una foto de su primera comunión vestido de marinero con un ojo bizco y un flequillo lacio de los de antes, puso como carta de presentación.


No entiendo qué furor causa en la gente esto de face-book.. Pues no he visto algo más absurdo ni más falso ni más vacuo. Yo disfruto tanto de la soledad, como de la compañía o de ciertas compañías. En la soledad, como Cernuda, amo a los hombres (algo más a las mujeres) en muchedumbres. En compañía añoro dos o tres horas antes que la mayoría de la gente el momento de perderme de vista, de despedirme a la francesa, pues en las cenas, las reuniones, los picnics, las comidas familiares, las tertulias, tengo la inevitable sensación de que se alargan más de la cuenta y se les saca el jugo que no tienen, así como las fastidiosas despedidas eternas de los españoles, en el quicio de la puerta, del chalet, del bar de copas, como si quisiéramos olisquearnos sin olisquearnos antes de hundirnos en nuestra insobornable soledad.
Y Face-book es algo a medio camino entre la soledad y la compañía, una tierra de nadie, un simulacro promisorio y tramposo de compañía y de nostalgias compartidas a través de fotos en donde uno o una cuelga su imagen con más glamour, con una sonrisa más expansiva, su figura más exótica con una serpiente en el hombro o diez niños negros desnutridos detrás o aquella foto en donde se abraza con un compadreo ebrio y algo aparatoso a amigos a los que uno no tiene tiempo para llamar ni para verse ni siquiera para echarlos de menos.
Creo que es el espejo de nuestro tiempo, el espejo que refleja una silueta solitaria en medio de una legión borrosa de amigos zombies, un pacto estéril que pretende perpetuar la amistad más allá de lo ilusorio, cuando todos sabemos, que la amistad, que muchas amistades, por fortuna o por desgracia, tienen fecha de caducidad.
El próximo día hablaré de los exhibicionistas geniales paridores de hueras ocurrencias, que son legión en face-book.

domingo, 12 de septiembre de 2010

HAZTEMA XXXIX LOS POETAS NO SABEN RECITAR




Pedro Contreras en la tertulia que hacía en el Ecónomico de Lavapiés con sus amigos escritores, sugirió al segundo pacharán, que sería necesario escribir un manual de prosodia declamatoria para cuando los poetas recitaran sus propios poemas.
-¿Y eso?-le preguntó su amigo frunciendo la nariz.
Los poetas no saben recitar bien sus poemas. O ponen una voz cavernosa, lenta y pontifical, como hacían Neruda y Alberti, que bostezan sus propios versos como si les retumbaran en su alma vieja de baúl y otros como José Hierro y Ángel González los leen o mejor los leían con una falta de énfasis preocupante como si se liaran un cigarrillo con sus propios versos.
-¿Y Benedetti con su lentitud melancólica?-le dijo uno de sus contertulios.
-Hace que la misa del viernes santo parezca un carnaval.

viernes, 10 de septiembre de 2010

FETOCONSULTORIO CONSEJOS A AMALIA TORRADO



Amigos fetolectores y fetolectoras


Me llamo Amalia Torrado y desde hace tiempo quería escribiros para contaros algo muy intenso, y que me hace sufrir y gozar al alimón, de mi misma en relación a otros seres humanos. Mirar voy al grano, por eso de no gastar vuestro precioso y maravilloso tiempo. Yo es que tenía un novio y tengo lo sigo teniendo vamos que es mi novio de toda la vida que se llama Lorenzo y yo le digo Oren y trabaja de celador en una gran superficie, pero esto no viene al caso, que bueno por decirlo a la pata la llana, estamos en crisis, o sea en un momento de bajón o de números rojos, sentimentalmente hablando, y para que me entienda nuestra vida sexual ha entrado también en hecatombe, pues ya llevamos 8 años y claro pues ya nos tenemos más vistos que el tebeo, y en fin, que para darle un empujón a mi vida sexual el otro día iba en el metro y se me sentó al lado un hombre de color y para ser de color( que se llama Bonifacio y es de Guinea Ecuatorial lo que en tiempos de mi abuela se llamaba Fernando Poo) iba de lo más elegante como un pincel y el caso es que me dio su tarjeta una tarjeta color marfil como de un notario y desde hace dos semanas mantengo una relación un tanto apasionada, encendida y asidua…. bueno a él en la cama si no le pongo un diez le pongo un nueve y medio por lo menos y bueno…. Me estoy replanteando mi vida de cabo a rabo, pues yo sé que seguir con mi novio de toda la vida más mustio y chuchurrío que unas castañuelas mellás, Oren, pues no sé, con su trabajo de guarda jurado… y Bonifacio mi nuevo amigo, (bueno más que amigo), de color, pues aunque me tenga con las pilas cargadas no va a poder ser porque no va a poder ser porque no va a poder ser. Y el caso es que claro estoy en una encrucijada vital y en un sinvivir y en una zozobra, porque lo que no me da uno, el sexo químicamente puro y duro no me lo da el otro, que como viene cansado de la gran superficie pues no está para muchos trotes… y yo ya se que la vida no es todo sexo y cama y cama y sexo. Pero bueno…. Es que claro echar por la borda una relación de 8 años por la borda para… porque Bonifacio que está haciendo una tesis doctoral, a ver si me acuerdo de.. que lo tengo aquí apuntado…. asi sobre el preterito anterior en el teatro prelopista, y Bonifacio me ha pedido que me vaya a vivir con él a su piso que comparte con otros seis paisanos que no se si como él hacen tesis doctorales o venden gafas de sol en el metro…. Y no sé que estoy hecha un lío…pues tengo mis pros y mis contras, pues lo que me da uno no me lo da el otro… así que espero los comentarios urgentes de los fetolectores para que me guien y orienten. Y os sigo contando más cosas de Bonifacio y de Oren.
Amalia Torrado

miércoles, 8 de septiembre de 2010

NANA AL FETO FLAMENCO






NANA AL FETO FLAMENCO
(O Mary Jane sobrecogida tras 12 meses de embarazo)

Ya está aquí septiembre con sus calambres,
y el niño llora con voz de alambre.
Canta, canta, canta, y el miedo espanta.


La uva y la mosca, la mosca y la uva,
y en la despensa una extraña fuga.
Canta, canta, canta, y el miedo espanta.


La sombra en la ventana dice
el tiempo se acaba.
Se acaba, se acaba.


Tu tiempo, mi tiempo,
el tiempo del mundo.
Calla, calla, calla, y el miedo aguanta.

Ann Feta

LA ÚLTIMA SEMILLA DE CARRADINE



Cuando sospechó que el momento había llegado, se enrolló muy dulcemente en su cordón umbilical y se arrojó al vacío. La madre lo vio colgar entre sus piernas, amoratado y enseñando su primera erección.

-Siempre tuve el presentimiento de que iba a salir a su padre.


by Sir Feto V (zombi)

domingo, 5 de septiembre de 2010

¡CÓMO PASA EL TIEMPO!

Un año...
Y luego dicen que es poco tiempo.
Muchas cosas pasan, cambian en un año...
Hace un año no había tregua de ETA; ahora, sí.
Hace un año en Irak y Afganistán, en Pakistán o en África moría gente, miles de personas; ahora, también.
Hace un año no había proceso de paz entre israelíes y palestinos; ¿ahora, sí?
Hace un año uno era más ingenuo; ahora, no.

Todo cambia; el mundo se mueve, excepto para los que están ya muertos.
Nosotros estamos vivos; la rueda se sigue moviendo... al menos, fuera del feto flamenco.

Feliz cumpleaños...

Feto-Garci

sábado, 4 de septiembre de 2010

FETOANIVERSARIO : UN AÑO DE VIDA SIN NACER




Queridos fetolectores y fetolectrices, vascos y vascas, hoy se cumple un año del nacimiento, y valga la paradoja, de El Feto flamenco, y es para nosotros un honor el haber llegado hasta aquí, dándonos bandazos dentro de nuestras plácidas placentas con la compañía azarosa, fantasmal y harto dudosa de ustedes al otro lado de esta pantalla canalla.
E imaginamos que al abrir este blog tan abigarrado y variofétido se sentirá usted como una monja carmelitana en una fiesta de Drag Queens, pero no sufra con ello, aquí encontrará a unos modestos y oscuros escritores que supieron dar lo mejor y lo peor de su pluma, para que ustedes les conocieran en toda su gama de posibilidades creativas. Por eso es un orgullo y un placer inexperimentable seguir contando con su silenciosa y casi inexistente presencia, pues nos hacen sentirnos como almas en el limbo que se comunican sin comunicarse o como una monja carmelitana en una fiesta de Drag Queens .

domingo, 8 de agosto de 2010

HAZTEMA XLIV MUERTE A LOS CUENTACUENTOS



Desde hace unos cuántos años se han puesto de moda los cuentacuentos en los bares y pubs urbanos, y uno entra ahí y un estudiante de farmacia, te endilga un cuento deslavazado sin principio ni fin ( y perdónese el plagio quevedesco), con un envaramiento insulso y una falta de gracia lamentable, en donde mezcla algo de la guerra de sexos, algún traumilla amoroso de la adolescencia con un microrrelato de Cortázar, produciendo un híbrido imposible... Antes a lo más que se atrevía un estudiante de farmacias era a contar chistes verdes a sus amigotes, y ahora, no se sabe de donde han germinado estos subproductos orales urbanos recreativos y este afán presuntuoso de cualquiera de ser el muerto en el entierro y la novia en la boda, acaso como una moda exportada de la televisión y de los monólogos de sal gorda de los humoristas, los nuevos juglares cazurros de la modernidad.
Al final, los españoles, se lamenta esta empresa con su habitual sentido común elegíaco, vamos a perder aquello que más nos unía y homogeneizaba a vascos, gallegos, murcianos, burgaleses, canarios y madrileños, frente a los deshinibidos americanos del Norte o del Sur, que es, verbigracia: nuestro ancestral, sagrado y severo sentido del ridículo.

sábado, 7 de agosto de 2010

HAZTEMA XLIII LA POLILLA




El rostro de Lucio Contreras, primo del eximio escritor inédito, Pedro Contreras y responsable del taller literario menos numeroso en el barrio de Arganzuela, se animó de pronto en aquella Comedia de capa y espada, en un montaje frío, litúrgico, desangelado y moderno de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, cuando hizo su aparición una polilla dándose un voltio encima de las cabezas de los actores.
La polilla volaba como desganada entre los blancos focos cenitales, las estocadas contrahechas, los versos dichos con laxitud posmoderna, los hombros hieráticos, las miradas intensas, entre los apartes cínicos de los graciosos, los vibrantes monólogos de honor y las inflexiones trágicas y medidas de las actrices, y sobre los paralepípedos de madera que los actores movían para sugerir cada vez un espacio más conceptual e indeterminado.
Parecía enteramente de otro mundo, tan ajena a los lances de la función. Y sin duda sabía, la muy sabia, chupar escena a base de bien. Su indiferencia proverbial a los versos sonoros de Calderón que los actores recitaban con la boca llena de saliva y una salmodia deconstruida, la convertían en una especie de espíritu maligno.
Aquella polilla triste era tan terriblemente real y atroz sobre el escenario, que todo parecía una excusa banal para que ella se paseara con su indiferencia cansina sobre el esqueleto polvoriento de nuestro teatro clásico.

jueves, 5 de agosto de 2010

TALLER LITERARIO VI VARGAS LLOSA y LOS STREAPPERS




Vargas Llosa compara a los escritores con el noble oficio de los streappers. Aunque en realidad, define, con un símil no menos brillante que oportuno, a los escritores como streappers inversos. ¿Que será eso tan retorcido y abstruso se preguntará desganado nuestro resignado lector estival?
Los streappers empiezan vestidos y al final se van quitando toda la ropa, con su cosita de gracia, lujuria impostada y picardía descafeinada, mientras que los escritores empiezan desnudos y perplejos, y al final acaban vestidos hasta el último pelo de la cabeza. De la forma en que se vista cada uno, de la exuberancia o austeridad de las prendas que se ponga encima, el estilo resultará sobrio o recargado, antiguo o moderno, sencillo o sofisticado. Incluso algunos serán como esos hombres o mujeres de naturaleza espartana que siempre se visten con la misma ropa y se calzan los mismos zapatos, previsibles hasta la náusea en su estilo y naturaleza.
Sin duda el pudor es un enemigo que siempre acecha al escritor, pero la falta absoluta y casi desquiciada de pudor de algunos no garantiza la genialidad ni la obra maestra, pues a veces solo produce subproductos morbosos que hacen bostezar a la abuela y que no sirven ni para que se hagan una pajilla insulsa y precoz los colegiales del último curso de primaria
.

jueves, 29 de julio de 2010

HAZTEMA NO SÉ CUANTOS CERVANTES CARIBEÑO




A Cervantes le vino bien su posible origen judío y que no le dieran visado para irse a las Indias, pues allí hubiera encontrado un par de indias o mulatas complacientes, que sin reparar en su fea catadura de viejo soldado abatido, le hubieran mitigado tanto su abismal soledad, que no hubiera necesitado escribir el Quijote, en sus ratos libres, para quitarse de encima unos traumillas. (En esto discrepamos con la tesis de Cabrera Infante de que hubiera escrito un Quijote antillano con una Dulcinea sabrosa, singona y salsera)
A veces las contrariedades y amarguras de la vida sirven para darnos un novelón de tomo y lomo, aunque esta empresa piensa que es preferible ser feliz, cuando se pueda, y se suma a aquel amigo fanfarrón que cambiaba el premio Nobel por un buen polvo sin viagra a los 70 años.

martes, 27 de julio de 2010

DANCE ME TO THE END OF LOVE Leonard Cohen



"Dance Me To The End Of Love"

Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic 'til I'm gathered safely in
Lift me like an olive branch and be my homeward dove
Dance me to the end of love

Dance me to the end of love
Oh let me see your beauty when the witnesses are gone
Let me feel you moving like they do in Babylon
Show me slowly what I only know the limits of
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love

Dance me to the wedding now, dance me on and on
Dance me very tenderly and dance me very long
We're both of us beneath our love, we're both of us above
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love


Dance me to the children who are asking to be born
Dance me through the curtains that our kisses have outworn
Raise a tent of shelter now, though every thread is torn
Dance me to the end of love
Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I'm gathered safely in
Touch me with your naked hand or touch me with your glove
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love.

Leonard Cohen


Llévame bailando a través de tu belleza con un violín en llamas.
Baila conmigo a través del pánico hasta que estemos seguros del todo.
Álzame como una rama de olivo y sé mi paloma mensajera
Baila conmigo hasta el final del amor.
Baila conmigo hasta el final del amor.

Y déjame ver tu belleza cuando no haya ningún testigo delante.
Y déjame ver tus movimientos como es costumbre en Babilonia.
Muéstrame muy lentamente que solo soy yo quien conoce tus límites
Baila conmigo hasta el final del amor.
Baila conmigo hasta el final del amor.

Baila conmigo hasta que sea nuestro enlace, y sigue bailando mucho más.
Baila conmigo muy tiernamente y baila conmigo hasta la eternidad.
Nosotros estamos debajo de nuestro amor, nosotros estamos encima de nuestro amor.
Baila conmigo hasta el final del amor.
Baila conmigo hasta el final del amor.

Baila conmigo hasta que los niños reclamen por su nacimiento.
Baila conmigo a través de las cortinas desgastadas por nuestros besos.
Planta una tienda de campaña, aunque todos los hilos estén rotos.
Baila conmigo hasta el final del amor.


Llévame bailando a través de tu belleza con un violín en llamas.
Baila conmigo a través del pánico hasta que estemos seguros del todo.
Tócame con tu mano desnuda o tocame con tu guante.
Baila conmigo hasta el final del amor.
Baila conmigo hasta el final del amor.
Baila conmigo hasta el final del amor.

sábado, 24 de julio de 2010

MOMENTOS MUSICALES

I. THE POLICE Y LA PSICOPATÍA EN EL AMOR

I’LL BE WATCHING YOU


The Police es uno de esos grupos que tiene el privilegio de haber colocado una de sus canciones en el paraíso de los enamorados de todas las edades. Me refiero, como resulta evidente, a Every Breath You Take. Otras merecedoras de tal honor han sido I’m still Loving You, de Scorpions, Sweet Child of Mine, de Guns ‘n’ Roses, Angie, de The Rolling Stones o, por nombrar alguna otra, Unchained Melody, en la versión de los Richteous Brothers, inmortalizada en la banda sonora de la película Ghost.


Sin embargo, el tema de The Police, bien mirado, no resulta tan idílico como la música hipnótica y la quebradiza voz de Sting pueden sugerir. De hecho, una escucha atenta de la letra revela automáticamente un lado bien oscuro, rayano en lo psicótico, de la canción, que podría interpretarse como una simple declaración amorosa al uso de un chico hacia una chica a la que quiere mucho, a la que podríamos decir que ama… de forma completamente obsesiva.


Every breath you take, and every move you make,

Every bond you break

Every step you take, I'll be watching you


Cada aliento que tomes, y cada movimiento que hagas, cada lazo que rompas y cada paso que dés, TE ESTARÉ VIGILANDO. Porque Watch no es ver en inglés, a no ser que sea la tele. Watch es examinar, estudiar, vigilar. Y es esto lo que hace el personaje de la canción, someter a una estrecha vigilancia a la chica a la que quiere. Pero sigamos, sigamos…


Every single day and every word you say

Every game you play

Every night you stay, I'll be watching you

Oh can't you see you belong to me?

How my poor heart aches with every step you take!


Cada mero día, y cada palabra que digas, cada juego que juegues, cada noche que te quedes, TE ESTARÉ VIGILANDO. Oh, ¿no puedes ver que me perteneces? ¡Cómo se duele mi corazón con cada paso que das…!


Every move you make and every vow you break

Every smile you fake

Every claim you stake, I'll be watching you


Cada movimiento que hagas y cada promesa que rompas, cada sonrisa que finjas, cada vez que trates hacerte valer… te estaré vigilando.


Since you've gone I've been lost without a trace

I dream at night

I can only see your face

I look around but it's you I can't replace

I feel so cold and I long for your embrace

I keep crying baby, baby please


Desde que te has ido he estado perdido sin una señal, cuando sueño por las noches sólo puedo ver tu cara, busco alrededor pero eres tú lo que no puedo reemplazar, me sinto tan solo y anhelo tu abrazo, no hago más que llorar, nena, por favor…


Así que se trata de un tipo que está –claramente– obsesionado con una chica y por eso la vigila día y noche. La persigue en sus sueños, la llama por las noches como un cervatillo herido llamaría a su mamá –no he podido evitar mencionar a Bambi, es uno de mis traumas infantiles– , anhela sus abrazos y llora como un cervatillo herido –vaya, creo que ya lo he dicho, ¡perdón…!

Pues eso, que si lo trasladáramos al campo de la piel de toro, lo pusiéramos en boca de un hombre de sesenta años que se acaba de divorciar de su mujer y tratáramos de que un tribunal lo comprendiera, lo menos que nos caía era una orden de alejamiento de tres kilómetros. Así son las cosas, amigos. Pero es que el asunto no termina ahí.


Porque The Police demostraron ser verdadero reincidentes en esto de los amores patológicos. Veamos otros dos de sus mayores hits, Roxanne y I Can’t Stand Losin You, porque no tienen desperdicio. En Roxanne, un tipo que ha conocido a una prostituta –y se supone que se la ha trajinado, claro está, previo pago de una módica cantidad de dinero– también se obsesiona con ella. El putero, o digamos “joven chaval sin recursos estéticos o emocionales que se dedica a ir de putas cuando la líbido le impele a ello”, ese elemento, vamos, se propone que ella deje la calle y poco menos que se case con él. Pero lo cojonudo es que ni siquiera le da a elegir. Se lo iimpone, POR SUS SANTOS COJONES…


Roxanne, you don't have to put on the red light

Those days are over

You don't have to sell your body to the night


Roxanne, no tienes por qué ponerte en la luz roja, esos días se terminaron. No TIENES QUE VENDER TU CUERPO A LA NOCHE.


Roxanne

You don't have to wear that dress tonight

Walk the streets of money

You don't care if it's wrong or if it's right


Roxanne, -a ver, chiquitina, un poquito de por favor, eh?– no tienes que llevar ese modelito esta noche. Hacer las calles por dinero, no te importa –un huveo– si está mal o está bien.

Por lo que llevamos visto, el tipo le está diciendo con buenas palabras que se acabó. Que no le toque más los c*****s y se dedique a hacer macramé en sus ratos libres mientras él trae el pan a casa. Porque se van a casar, eso está claro, vamos, digo yo. Lo que pasa es que esto es más bien una comedura de tarro del tipo, porque casi no le ha dicho nada, por lo que dice a continuación.


I loved you since I knew you

I wouldn't talk down to you

I have you to tell just how I feel

I won't share you with another boy


Te quise desde que te conocí –imagino que bíblicamente–, no me hubiera rebajado a “hablar” contigo, tengo que contarte lo que siento, NO TE COMPARTIRÉ CON OTRO CHICO.


I know my mind is made up

So put away your make up

Told you once I won't tell you again

It's a bad way


Lo tengo bien decidido, así que quítate el maquillaje, te lo dije una vez, no te lo dire otra… ES UN MAL CAMINO.


Bueno, bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? Un tipejo que apenas ha cruzado tres palabras con ella, que se ha enamoriscado como un bufalo de una búfala en medio de un páramo de Alabama, que está decidido a que ella sea su chica y que recurre a la amenaza tácita para decirle que se vaya con él. No le regala flores, no la lleva al cine, no la convence charlando o buscándole otro curro más decente, no. Sólo le dice: mira, nena, quítate el maquillaje que ahora tu chulo soy yo, y vas a trabajar solo para mí, claro. Como se ve, este tío es un portento. Y un encanto.

Ahora creo que Roxanne es la primera parte de Every Breath You Take. Primero la amenaza para que ella se vaya con él, luego ella le deja y él la vigila. ¿Qué vendrá después? Sólo hay dos posibles soluciones, y las dos contienen la palabra que empieza por M y que nadie quiere pronunciar. Y no es mierda.


I've called you so many times today

And I guess it's all true what your girlfriends say

That you don't ever want to see me again

And your brother's going to kill me and he's six feet ten

I guess you'd call it cowardice

But I'm not prepared to go on like this


Te he llamado mogollón de veces hoy, y creo que es cierto lo que dicen tus amigas, que no quieres verme otra vez, y tu hermano va a matarme y mide dos –putos– metros. Creo que lo llamas cobardía, pero no estoy preparado para seguir así.


I can't, I can't, I can't stand losing

I can't stand losing you

No puedo, no puedo, no puedo soportar perder…

No puedo soportar perder.. te.


Vemos que el tipo ha evolucionado hacia una autocompasión muy peligrosa desde que Roxanne le dejó. De la obsesión ha pasado a la depresión, y de la depresión a la desesperación.


I see you've sent my letters back

And my LP records and they're all scratched

I can't see the point in another day

When nobody listens to a word I say

You can call it lack of confidence

But to carry on living doesn't make no sense


Veo que me has devuelto mis cartas, y mis discos de larga duración están todos rayados –menuda clase de p***a podría hacerle eso a un tío como Sting, joder (sollozos infantiles por el ídolo que está a punto de sucmbir a la frustración)– . No veo el objeto de otro día más, cuando nadie escucha ni una palabra de lo que digo. Puedes llamarlo falta de confianza, pero seguir viviendo no tiene sentido.

Aquí ha caído en una de las paradojas de Nietzsche, la falta de sentido de la vida. El existencialismo, Camus, Sartre, La náusea, la bulimia… Está muy jodido, el tipo.


I guess this is our last goodbye

And you don't care, so I wont cry

But you'll be sorry when I'm dead

And all this guilt will be on your head

I guess you'd call it suicide

But I'm too full to swallow my pride


Creo que este es nuestro ultimo adiós -¡adiós!– y a ti no te importa así que no lloraré –eso sí que no me lo creo–, pero lo sentirás cuando esté muerto y toda esta culpa esté en tu cabeza. Creo que lo llamas suicidio –me parece que sí, chaval– pero estoy demasiado harto para tragarme mi orgullo…


Así que me mato, afirma el tipejo. Si fuera español, la tal Roxanne no se iba de rositas, eso os lo aseguro. Pero es inglés, de modo que el tipo se va a suicidar. Así de sencillo, limpio, sin otras muertes que pudieran enfangar la consumación del más sincero y antieconómico acto que hombre alguno pudiera realizar: matarse a sí mismo, cuando hay tanto trabajo por hacer en este p***o mundo.

Este estudio ha demostrado, creo que no hace falta repetir cómo, que Sting y sus amigos se regodeaban con un humor no falto de gracia en las desgracias ajenas, y que solían adentrarse en amores completamente insanos que la gente ha tomado por idilios jodidillos pero al fin y al cabo, así son los amores… pues no. No señor, no, estáis muy confundidos. Así no son los amores, y ver estas letras como tiernas canciones de amor que se graban en un compacto a la chica de tus sueños… no es sano, muchachos. Os lo dice el Feto Malayo, que de eso sabe un rato. Que tengáis dulces sueños y no os obsesionéis con la peña. El estrés causa cáncer y dolor de estómago, y según dicen ahora los expertos, incluso engorda. ¡Por Santa Oria, que está en la gloria, tened cuidado con los amores psicóticos!


EL FETO MALAYO