sábado, 30 de julio de 2011

ACERTIJOS AGOSTEÑOS









Trate de adivinar el escritor que se encuentra agazapado tras este intento de conato de tentativa de propuesta de definición, que le proporciona esta empresa:

a) De nuestros cinco preclaros y eximios premios nobeles, el que más marketing hizo en su día y más posó para la posteridad, para que se lo dieran, y si no se lo hubieran dado, se hubiera quemado las almorranas a lo bonzo sentado en un orinal, delante de la Academia sueca. Fue tan camaleónico que cambiaba de color ideológico según la temporada política. Despertaba una antipatía visceral en el 99% de los escritores de su tiempo que le trataron o le vieron por la Tele. Esperemos que no acabe como Echegaray ni en parte como Benavente, que ya no dan de sí siquiera como tema de una sesuda tesis doctoral de un hispanista de Arkansas.

b) En palabras de Muñoz Molina, aquel que lleva (mejor llevaba, pues ya la palmó) un dandy lumpen dentro que le descomponía el fular, y que muchas veces, ese alter ego, en opinión de esta empresa, le jugaba malas pasadas al brillante escritor y le estropeaba los artículos, pues empleaba palabras y expresiones como jai, piltra, buenorra o macizorra o en plan de... que ya no emplean ni los gitanos realojados.

c) Se trata de un escritor polivalente, polifacetico, multilaureado, multiusos, que ya no se prodiga mucho, aunque antaño sus colas en la feria del libro daban la vuelta al Ángel caído, y es más florido que un vergel de buganvillas cordobesas y su estilo mas ornamentado que una vajilla en una tienda de chinos de todo a cien. En donde más destacaba era en sus intervenciones orales-televisivas y como letrista de canciones pop-flamenco. Y para ponerlo fácil tiene a gala el tener más bastones que una legión de cojos y es más plumado que un pavo real en ademán de cortejo.

d) Cuando le dieron el premio Nadal se soltó la melena y era una réplica híbrida, aunque un tanto jibarizada, de Rita Haywork en Hilda y de las malas malotas que acompañan al antagonista sovietico o chino de turno, del agente 007

e) Es un escritor cuya flagrante pomposidad y preciosismo literario se va hinchando a la par que su oronda persona y lo mismo vale para un roto que para un descosido, es decir, para hacerle una entrevista a un literato refinado o para charlar amigable y floridamente con palabras más arcaicas que un coprolito del jurásico, sobre una peli de gansteres o de vaqueros. Últimamente escribe beatos artículos dolientes sobre la degradación y la desnaturalización de la familia y sobre la iniciación puteril de ciertos escritores. Tiene un callo en la yema del dedo de tanto arremeterse las gafas para dentro, porque lo único que tiene algo chato es el puente de su nariz.