TALLER LITERARIO LOS PRÍNCIPES ESQUIZOFRÉNICOS



Érase una vez en tres países lejanos en donde vivían dos pequeños príncipes y una pequeña princesa. Los tres desdichados príncipes tenían algo en común. Que no podían mirarse al espejo.


El príncipe Y griega de hecho se lavaba los dientes paseando entre los innumerables salones de la corte escupiendo la pasta en los búcaros de porcelana, zócalos de seda y consolas alabastrinas, pero siempre huyendo de las cornucopias venecianas como de la peste, y era porque no podía aguantar su nariz grosera, su entrecejo de lobo estepario y sus belfos colgantes.


La princesa Jota... tampoco se miraba en el espejo ni para peinarse ni explotarse los granos, porque de pequeña tropezó contra la azafata mayor del reino o esta le puso la zancadilla, y se dio de bruces contra uno de los relojes de su padre, en el momento que aparecía el cuco de piedra berroqueña, dando las tres de la tarde, y se le rompieron las dos paletillas superiores.... y no soportaba su cara de conejo triste, en una época en que no se había inventado la ortodoncia. Se nos olvidaba decir que nunca sonreía ni en las fotos de vacaciones con sus amigas y que se tapaba la boca con una mano haciendo pantalla cuando comía dulces manjares.


La empresa se encuentra perezosa, para explicar, por qué el tercero de los príncipes, el príncipe Hache muda...le tenía tirria al espejo, así que les propone, que aporte su granito de arena, y que se inventen una razón mínimamente convincente, pero no sin antes garrapatearles el final.


Cuando los tres príncipes coincidieron en un cursillo intensivo de verano que versaba sobre como no interferir en las maniobras especulativas de sus ministros y saber callarse como putas, no surgió la más minima afinidad entre ellos, debido a que a nadie se le ocurrió sacar el tema de la fobia a los espejos... y así, los pobres, cuando se encontraban en el ascensor, casi no tenían ni de lo que hablar.


Sin embargo surgió la química entre el príncipe Y griega y la princesa Jota, pero esta, por azares de la vida, se acabó casando con el príncipe H muda, porque este se mostró muy sensible, el día que ella tuvo un catarro y le compró tres pañuelos de colores y una diadema de diseño.