Se frolistaban los ergulímicos clitorideos con un frenesí desmedido hasta gemebundear con jadisihipidos moritinosos y flujilosos arriba abajo y abajo arriba hasta que se desfondaron de gozo agropecuario junto a un pantano al 20% de su capacidad... (la empresa lamenta que este último detalle bucólico, como concesión al locus amoenus clásico, les haya sacado de situación.) La próxima vez no le encargaremos el cuento a un ingeniero agrónomo lector devoto de Rayuela en pro de la unidad de estilo y tono.
lunes, 10 de enero de 2011
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