sábado, 5 de junio de 2010

TALLER LITERARIO I




Pedro Contreras para aliviar el tedio agostero, decidió matricularse en una academia de guiones cinematográficos en el barrio de las Huertas. Prometían en un curso intensivo de tres días convertirte en un ducho guionista curtido en golpes de efecto, puntos de ataque de vértigo, subtramas de aúpa, finales abiertos de muy señor mío... elipsis magistrales y paralipsis soberbias, climaxes de quitar el hipo, flashes- backs memorables, y macguffines como la copa de un pino y muchos otros palabros que no le decían nada.
El primer día de clase, el profesor argentino, un joven barbilampiño con unas gafas de concha polícroma y una camisa más verde que un prado asturiano, y que no representaba más de 22 años, les planteó un dilema arduo.
-¿Es el guión, acaso, un género literario?
Tras un silencio y un muro de entrecejos fruncidos, se oyó...
-A-ca-so-dejó caer una señora fondona aclarándose la voz nerviosa en una risilla de carraspeo tosferinoso.
Los asistentes fueron balbuceando algunas reflexiones... vagas y tímidas, ante las miradas calmosas del joven profesor.
-Pues a medias....musitó una chica de melena entrecana que le tapaba como a la Eva del Génesis dos tercios de su cuerpo...
-¿Por qué a medias?-le miraba el profesor con una mirada risueña de suave aire presuntuoso.
-Porque, bueno...muchos guionistas han sido novelistas o dramaturgos y algo se les habrá pegado...digo yo...
-Algo se les pegará... sí... ¿Qué pensáis los demás?-giraba su cabeza de un lado a otro, benigna y pedagógica, como un ventilador
A Pedro Contreras... le pillaba aquella polémica imprevista a contramano y no era capaz de hilvanar una idea potable.
-Pues no es un género literario.. ¿y sabéis por qué???????-sentenció el profesor con una mirada iluminada.
Todos esperaron la respuesta tras una larga pausa pedagógica del profesor en que se oyeron dormirse hasta las moscas.
- Pues porque no hace falta poner adjetivos, los adjetivos los pone la cámara o la expresion del actor...¿no creeis? ¿De qué sirve que el guionsita ponga amanecer brumoso o se derrama su perfumada cabellera pelirroja sobre su tierno pecho.... si los fotogramas son inodoros e intangibles, si la actriz se niega a teñirse de pelirrojo y le da por llevar el pelo rapao o si al director le sale de sus santos cojones que la película se ruede por la noche y sin niebla....pues sale más barato...así que, hacedme el favor, olvidaos de la literatura... os guardáis vuestros adjetivos bonitos y vuestras metáforas brillantes y vuestras frases decorativas en el bolsillo de la campera... un guión no es un género literario.... es simplemente un artefacto, el motor para poner en marcha una película...
Pedro Contreras pensó que si los guionistas escribieran los guiones como los poetas los sonetos, otro gallo nos cantara, y no tendríamos que aguantar ese aluvión de bodrios cinematográficos, esos diálogos planos, neutros y vacíos de tantas películas, inodoros, incoloros e insípidos... pero no se atrevió a manifestarlo, porque la mujer de la larga melena entrecana se volvió para pedirle un bolígrafo y le regaló una sonrisa prometedora.

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