Mi tía-abuela ha muerto.
Tenía noventa años.
Vivía ahora en un asilo, con dolores, con cáncer, sola, con sus recuerdos de infancia...
Ella también forma parte de mis recuerdos de infancia. Con José, su gran amor, en Gandía, en la playa. Cada año iban allí al piso que tenía mi madre por entonces.
En invierno cada dos domingos los visitábamos en la calle Dr. Esquerdo y comíamos con ellos.
Hace unos años cuando aún no había muerto Jose -por entonces, no era más que un enfermo, un fantasma de sí mismo; ella lo cuidaba y estaba cansada, muy cansada- estuvimos hablando de sus padres, de la educación que recibió, de sus hermanos y hermanas, ya muertos. Uno de ellos, mi abuelo...
Aquí está esa fotografía en la que todas las hermanas están vestidas de negro, días antes de que muriera mi abuelo, el día de la primera comunión de mi madre...Hablamos también de la primera casa donde vivió sus primeros diez años de vida. Y me dijo para terminar: "¡Me gustaría tanto volver a ese lugar!"
En los últimos meses ya ni siquiera nos reconocía... Pero su infancia la recordaba con tanta nitidez... Quería volver allá...
Ya ha vuelto.
Será enterrada en Tarancón con su gran amor, con sus padres, junto a sus hermanos y hermanas.
Que la tierra te sea leve, tía, Regina, reina.
Feto-Garci.
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