miércoles, 3 de febrero de 2010

HAZTEMA XX OSCAR WILDE Y EL REALISMO



José Ortega y Gasset, del que esta empresa pensaba cuando niño que este hombre eran tres...como la santísima trinidad... nos ha legado una de las frases más sugestivas en las que se ve esa íntima relación entre literatura y vida que tanto molestaba a Oscar Wilde. Y es esta de que:

Los buenos escritores nos plagian.


¿Cuántas veces, oh caro o barato lector, no ha levantado los ojos del libro, abstraído y absorto, porque le parecía que el escritor había puesto en boca o en mente de los personajes los pensamientos o dolores o desazones existencialistas que a usted le llevan atosigando en los últimos tiempos o que al menos tenía en la punta de la lengua o en la boca del estómago? ¿Qué las humillaciones, la soberbia, la rabia, el abandono de los personajes que le arrastraban en la lectura eran su propia humillación, su soberbia herida, su rabia desdichada, su apatía o su coraza ante la felicidad?


Y la razón por la que ciertos libros se nos caen de las manos.. es que ciertos escritores ignoran nuestra mediocre vida y sus recónditas aspiraciones y se ponen a hablar de los amoríos de Felipe II y la tuerta de Éboli o de un profesor de Oxford que se aburre hablando de la sidra con sus colegas o de las veces que esnifan cocaina los adolescentes en los retretes de la discoteca, o cuanto más de los males de amores de un neanderthal por una cromagnon.

Se conoce que un exceso de realismo mata la literatura y como decía Oscar Wilde, con su dandysmo impenitente,hay ciertos novelistas que nos hacen viajar siempre en un vagón de tercera, aunque haya que pensar, que una escasa cuota de realismo..., hace la literatura vaporosa, falsa e inconsistente como una pompa de jabón o la sonrisa de un parlamentario de derechas. Se ve que en esto de la ficción y la irrealidad siempre hay que andar mercadeando a la baja con el jodido realismo.


Feto olé


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