viernes, 31 de diciembre de 2010

FÁBULAS HUMANAS PARA ANIMALES DOMÉSTICOS



El cerdo rapsoda contaba a su audiencia:

Los seres humanos están tiranizados por rutinas del lenguaje y encorsetados por sempiternas fórmulas rituales. Se saludan, se despiden y se felicitan constantemente simulando buenas maneras…. y deben decir buenos días, buenas tardes, buenas noches, hola, qué tal, cómo andamos, tirando, que lo pases bien, hasta pronto, cariño, hasta lueguito, mi vida, que duermas bien, cielo, cuídate, felicidades, mamá, enhorabuena, tío, cuánto tiempo sin verte, tronco, qué alegría saber de ti, felices fiestas, buena entrada de año y otras mandangas formularias hasta la náusea… a pesar de que cuando dicen estas cosas deben vencer una cierta desazón rutinaria y mecanicismo lingüístico… y acaso se sientan igual que ante un mendigo que extiende una mano. Tanto si uno le da una limosna como si se la niega, uno siempre se acaba sintiendo mal.
Nosotros los cerdos que tenemos más capacidad de síntesis podemos resumir todas estas fórmulas aburridas y engorrosas en un gruññññññññññññññ festivo y elocuente.

Y todos los cerdos gruñeron complacidos.

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