miércoles, 8 de diciembre de 2010

TALLER LITERARIO LA CATARSIS ALMORRANERA




Los dramaturgos de nuevo cuño han revolucionado el concepto de catarsis, les explicaba, Pedro Contreras, en su taller el papel en blanco... pues antes esta se incluía en el plano de la trama, pero ahora, como ya apenas existe trama ni acción ni argumento ni mandangas en vinagre... la catarsis está en el plano formal. ¿Me siguen?
-A medias-opuso una de las viudas de guerra.
Pues mire Romualda.... la catarsis eso que debe producir horror y piedad y náuseas metafísicas a los espectadores, y dejarles con mal sabor de boca, ya no está en lo que se cuenta, en que un hijo se acueste con su padre o una mujer se suicide por no poder enterrar a su hermano como Dios manda, porque en las obras de hoy ni hay muertes ni suicidios, ya que los personajes no se levantan la voz....ni cuando se pegan un golpe con una ventana, porque tampoco hay ventanas... así que el horror, la piedad y la compasion y la náusea metafísica, se infiere de las pajas mentales y formales, con que experimentan los autores para desafiar a su publico y dejarles KO en el intento. O en cualquier caso en sobrevivir a la dureza de la butaca y los crujidos de varios culos inquietos y escasamente receptivos. La catarsis hoy es igual a tener un callo en el culo o una almorrana estoica y especialista en el arte de la ataraxia. ¿Lo entiende ya?
-Estoy en ello.
-Para ponerle un ejemplo pedestre. Es como si usted nos contara las circustancias de su viudedad y a nosotros no nos diera pena en absoluto por el hecho en sí, sino por la poca gracia con que lo cuenta. ¿Ya lo coge?
-Me temo que sí.
-Bueno, pues no se lo tome a mal ni por lo personal, que era un ejemplo inocente.

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