1º Al buen profesor le aterra aburrir a sus alumnos, pero entiende que el aburrimiento es inevitable y necesario, pues es, al fin y al cabo, el motor de todo conocimiento y experiencia artística.
2º El buen profesor es como ese pastor del belén, que nunca ve la estrellita de Oriente, mientras apacienta soñolientamente sus ovejas, y se resigna, cuando alguna de ellas cae barranco abajo.
3º El buen profesor no moldea almas ni conciencias, y menos un solo alma exclusiva y exquisita como en el poema cursi de Gerardo Diego. Desearía no dejar ninguna huella, más que el poso confuso que dan algunos saberes.
4º El buen profesor no sabe ser autoritario, por mucho que se lo proponga y lo ensaye delante del espejo. No está hecho de una pieza, sino de muchos remiendos y cicatrices mal cosidas, y aunque no lo sepa, es siempre él, a través de los pedazos de sí mismo que muestra.
5º El buen profesor conoce bien su campo y también sus límites, y piensa que solo se puede enseñar bien lo que realmente se conoce bien, por eso no tiene que recurrir a las artimañas blandas, baratas y pirotécnicas de la pedagogía.
6º El buen profesor ama el fondo de las cosas, la sustancia, y no soporta que las leyes educativas le conviertan en un burócrata amaestrado maestro de ceremonias de la inanidad y el vacío.
7º El buen profesor no se ampara en el cauce estrecho y esclavo de las ideologías, le molesta tanto los convencionalismos y rigidez de sus colegas como la rebeldía gratuita, y deja que la realidad le rectifique desde los cuatro puntos cardinales.
8º Al buen profesor le gustan más otras cosas que su clase, un buen paseo otoñal, una buena película, una buena comida regada con un buen vino, seducir a la compañera más joven y bonita de su centro.
9º El buen profesor mira a sus alumnos con encandilamiento, y se extasía mirando la rabadilla con pelusilla de sus alumnas púberes, mientras vigila un examen, como un pederasta platónico e iluminado.
10º El buen profesor compone oximorons inauditos y escandalosos, como el del punto anterior, y si alguien no sabe los que es un oxímoron, el buen profesor le explicará término tan inútil.
Feto-olé
¡Magnífico decálogo! Feto-olé. Se aprende más de él que de 50.000 horas de cursillo pedagógico con Gumersinda. Ni puta idea de quién éres, ni falta que hace. Olé y olé.
ResponderEliminarQuerido Feto Olé:
ResponderEliminarestoy hasta la polla de que habléis de profesores de secundaria. Se nota que todos sois profesores, pero creo que para todo hay un límite y vosotros lo estáis rebasando. Una entrada más sobre profesores y os abandono para siempre.
Un lector ultrajado.
Indignado fan y lector ultrajado....para que se sienta realmente ultrajado ¿por qué no se pone en la piel de un top manta o de una mujer maltratada o de una cucaracha pisoteada? Aunque seguiremos su consejo. Solo hablaremos de profesores cuando usted abra este blog....
ResponderEliminarFeto-olé