No, Feto-Garci no es Profesor de secundaria, por más que se empeñe en ello, Feto-Garci "trabaja" como profesor de secundaria, pero "lo que es", ¿qué es Feto-Garci?
Foto derecha: profesor de 2ºZ después de la clase.
El 10 de noviembre de 2009 he visto las noticias, cosa que no suelo hacer, una bebé de dos meses abandonado en una cuna en un parque de Casteldefells; lo de los piratas somalíes que retienen un pesquero, y juicios, muchos juicios, la del chico de 19 años (alguno lo tuvo como alumno) que mató con una Katana que le había regalado su padre, a éste y a su madre; la del psiquiatra (como para que le atienda a uno, uno así) que ligó, golpeó, extranguló y escondió el cadáver; la ejecución de uno de los francotiradores que hace años mató gente en los USA. Ha volcado un autobús y han muerto 3 personas. ¡Ah! Y la caída del muro de Berlín hace 20 años. ¡Ya hemos sido todos educados en la libertad!
Desde la caída del muro de Berlín vivimos en un mundo feliz, libre, la palabra “libertad” llena la boca supranutrida de un 20% de la población mundial que hacen todos los días exactamente lo mismo. Se creen todos individualmente libres y actúan como borregos. Se les ha “enseñado” a pensar y actuar de tal modo desde que nacieron.
Si no se le abandona se mete un bebé de 4 meses en una guardería de la que ya no saldrá hasta los 16 años (y si el ministro se empeña en extenderla, hasta los 18). Sí, se puede tener en prisión preventiva a todo el que nace hasta que tenga edad de matar a sus padres con una katana porque les ha tocado la lotería y quiere heredar de golpe.
“Educación” significa ya hoy mantener guardados a los muchachos, recogidos, para que no estén por la calle mientras sus progenitores trabajan. ¡Gran logro del feminismo decimonónico! ¡Todos y tod@s a currar! No hay que ser reaccionario para decir cosas tan políticamente incorrectas, basta con ser un poquito marxista.
¡Curioso! Nadie es marxista sin haber leído a Marx pero todo el mundo es evolucionista sin haber leído a Darwin, y como nos creemos el evolucionismo, lo sacamos en su versión light de contexto para aplicarlo a la sociedad y decir que hemos progresado, que la humanidad ha progresado.
Bueno, siempre podemos desahogarnos en un blog, el derecho al pataleo, hay libertad de expresión precisamente porque todo lo que digamos no sirve para nada, ya que si la palabra tuviese la fuerza que le ha arrebatado la imagen, pronto volverían a perseguirla, censurarla y condenarla. ¿Volverían quiénes? Pues los de siempre, los que con una palabra de la película “Instinto” se puede llamar “saqueadores”.
Los profesores, sin embargo, muchos de ellos son gente que han amado o aún siguen amando una disciplina perteneciente al ámbito de las ciencias o las letras, quienes estarían felices con la encomienda de laborar en la transmisión de esos saberes que conocen y aprecian; la comunidad nos encarga la educación de las nuevas generaciones, los padres ponen en nuestras manos la formación de sus hijos, ¡que responsabilidad¡
¡Y que bonito! Si fuese cierto. La educación, formación, paideia, Bildung, Erziehung, o en el idioma que se quiera decir, ya no es eso, ni eso es lo que se encomienda. La paga es por guardería, por soportar malos modales (mala educación pero en el sentido de los buenos usos sociales) por hacer teatralmente un simulacro de lo que se nos dice que es pero que ya no es. Con todo, cuando uno hace el trabajo que no se puede hacer intenta hacerlo lo mejor que puede y consigue algo, muy poco, pero con esas migajas tiene que quedar satisfecho so pena de frustrarse y considerar su vida y sus esfuerzos una tremenda inutilidad sin sentido, lo que equivale a depresión.
Entre eso de las migajas y formar unos cuantos, pocos, muy pocos que la pirámide es estilizada y hay mucho paro, trabajadores cualificados o infracualificados, esto es, ingenieros y peluqueras, con eso ya basta.
En fin, ya solté como un torrente la vomitona sobre la educación hace 10 años, 10 años después de que cayese el muro de Berlín, cuando el filósofo Gustavo Bueno todavía era marxista y no un vocero neofascista del PP. Después de un año de interino dejé el ese empleo y volví al puesto de vigilante nocturno en el que había pedido una excedencia. De nuevo estoy de interino y de excedencia de vigilante nocturno, en esos 10 años transcurridos he escrito mucho mal, poco bien y he realizado una tesis doctoral.
Desde la caída del muro de Berlín vivimos en un mundo feliz, libre, la palabra “libertad” llena la boca supranutrida de un 20% de la población mundial que hacen todos los días exactamente lo mismo. Se creen todos individualmente libres y actúan como borregos. Se les ha “enseñado” a pensar y actuar de tal modo desde que nacieron.
Si no se le abandona se mete un bebé de 4 meses en una guardería de la que ya no saldrá hasta los 16 años (y si el ministro se empeña en extenderla, hasta los 18). Sí, se puede tener en prisión preventiva a todo el que nace hasta que tenga edad de matar a sus padres con una katana porque les ha tocado la lotería y quiere heredar de golpe.
“Educación” significa ya hoy mantener guardados a los muchachos, recogidos, para que no estén por la calle mientras sus progenitores trabajan. ¡Gran logro del feminismo decimonónico! ¡Todos y tod@s a currar! No hay que ser reaccionario para decir cosas tan políticamente incorrectas, basta con ser un poquito marxista.
¡Curioso! Nadie es marxista sin haber leído a Marx pero todo el mundo es evolucionista sin haber leído a Darwin, y como nos creemos el evolucionismo, lo sacamos en su versión light de contexto para aplicarlo a la sociedad y decir que hemos progresado, que la humanidad ha progresado.
Bueno, siempre podemos desahogarnos en un blog, el derecho al pataleo, hay libertad de expresión precisamente porque todo lo que digamos no sirve para nada, ya que si la palabra tuviese la fuerza que le ha arrebatado la imagen, pronto volverían a perseguirla, censurarla y condenarla. ¿Volverían quiénes? Pues los de siempre, los que con una palabra de la película “Instinto” se puede llamar “saqueadores”.
Los profesores, sin embargo, muchos de ellos son gente que han amado o aún siguen amando una disciplina perteneciente al ámbito de las ciencias o las letras, quienes estarían felices con la encomienda de laborar en la transmisión de esos saberes que conocen y aprecian; la comunidad nos encarga la educación de las nuevas generaciones, los padres ponen en nuestras manos la formación de sus hijos, ¡que responsabilidad¡
¡Y que bonito! Si fuese cierto. La educación, formación, paideia, Bildung, Erziehung, o en el idioma que se quiera decir, ya no es eso, ni eso es lo que se encomienda. La paga es por guardería, por soportar malos modales (mala educación pero en el sentido de los buenos usos sociales) por hacer teatralmente un simulacro de lo que se nos dice que es pero que ya no es. Con todo, cuando uno hace el trabajo que no se puede hacer intenta hacerlo lo mejor que puede y consigue algo, muy poco, pero con esas migajas tiene que quedar satisfecho so pena de frustrarse y considerar su vida y sus esfuerzos una tremenda inutilidad sin sentido, lo que equivale a depresión.
Entre eso de las migajas y formar unos cuantos, pocos, muy pocos que la pirámide es estilizada y hay mucho paro, trabajadores cualificados o infracualificados, esto es, ingenieros y peluqueras, con eso ya basta.
En fin, ya solté como un torrente la vomitona sobre la educación hace 10 años, 10 años después de que cayese el muro de Berlín, cuando el filósofo Gustavo Bueno todavía era marxista y no un vocero neofascista del PP. Después de un año de interino dejé el ese empleo y volví al puesto de vigilante nocturno en el que había pedido una excedencia. De nuevo estoy de interino y de excedencia de vigilante nocturno, en esos 10 años transcurridos he escrito mucho mal, poco bien y he realizado una tesis doctoral.
¿Pero quién soy? Soy un erudito y un filósofo, algunos me llaman "cuarentón progresista presunto sarraceno" y me dedican un blog de los que alimentan a los FetosFlamencos, pero no se atreven a decírmelo a la cara.
También soy una hoja que se llevará el viento, tampoco rezo, pero cuando leo hago algo parecido a una oración, cuando estudio en la biblioteca algo hago parecido a lo que hacen los curas monásticos y cuando escribo procuro hacer algo parecido a los que queman Iglesias.
No, no soy un profesor, esa profesión hace tiempo que desapareció, pero ahora me veo obligado a intentar enseñar para ganar el pan que come mi hijito.
Con eso le doy bola a las Gumersindas que me digan que me falta vocación docente, las clases que doy son de lujo, cojonudas, porque soy muy bueno en mi área. Los chavales me gustan y me caen bien, pues todavía no están resabiaos como los adultos. Pero lo que resulta inaguantable es tener que mandar callar cada 50 segundos o hacer labores policiales de recuento de presos, poner partes a diestro y siniestro y que tanto a la sociedad como a la mayoría de los niños que están encerrados allí, conmigo, les importe también un comino mi asignatura y mi área. Porque las humanidades, señores, murieron con la revolución industrial. El mundo educativo clásico se deshace y a nadie le importa un comino. ¡Vamos progresando y yo soy un reaccionario!
Y como ven, también soy un optimista. Si ahora mismo se declarase una guerra civil sería fusilado por ambos bandos.
No soy profesor de secundaria pero trabajo como tal. ¿Qué soy entonces? ¿Quiénes sois vosotros? ¿Quiénes somos? ¡No creo que lo que es un ser humano se tenga que definir por el trabajo que desempeña para ganar un salario y sobrevivir!: Soy abogado, soy profesor, soy médico, soy vigilante nocturno, soy mendigo, soy peluquera, soy conductor de autobús, soy cajero de día…
¿Quiénes somos? Pregunta filosófica donde las haya. Pero aquí he encontrado gracias a unas gentes tan raras y chifladas como yo, una respuesta. Se puede decir: ¡Soy un Feto Flamenco! Me quedo en Feto, alienígena, concebido pero no nacido, anomalía, que hasta que no riego mis venas de alcohol o veo amor en unos ojos que no me miran, sino que traspasan los míos a nado, no me pongo flamenco, alegre, festivo...
Con eso le doy bola a las Gumersindas que me digan que me falta vocación docente, las clases que doy son de lujo, cojonudas, porque soy muy bueno en mi área. Los chavales me gustan y me caen bien, pues todavía no están resabiaos como los adultos. Pero lo que resulta inaguantable es tener que mandar callar cada 50 segundos o hacer labores policiales de recuento de presos, poner partes a diestro y siniestro y que tanto a la sociedad como a la mayoría de los niños que están encerrados allí, conmigo, les importe también un comino mi asignatura y mi área. Porque las humanidades, señores, murieron con la revolución industrial. El mundo educativo clásico se deshace y a nadie le importa un comino. ¡Vamos progresando y yo soy un reaccionario!
Y como ven, también soy un optimista. Si ahora mismo se declarase una guerra civil sería fusilado por ambos bandos.
No soy profesor de secundaria pero trabajo como tal. ¿Qué soy entonces? ¿Quiénes sois vosotros? ¿Quiénes somos? ¡No creo que lo que es un ser humano se tenga que definir por el trabajo que desempeña para ganar un salario y sobrevivir!: Soy abogado, soy profesor, soy médico, soy vigilante nocturno, soy mendigo, soy peluquera, soy conductor de autobús, soy cajero de día…
¿Quiénes somos? Pregunta filosófica donde las haya. Pero aquí he encontrado gracias a unas gentes tan raras y chifladas como yo, una respuesta. Se puede decir: ¡Soy un Feto Flamenco! Me quedo en Feto, alienígena, concebido pero no nacido, anomalía, que hasta que no riego mis venas de alcohol o veo amor en unos ojos que no me miran, sino que traspasan los míos a nado, no me pongo flamenco, alegre, festivo...
¿Y vosotros, Fetos varios? ¿Qué sóis? ¿Quiénes sois?
Fantástico, Con-Feto.
ResponderEliminarHas resumido en una entrada lo que otro u otros han intentado contar en varias sobre la situación del profesor.
Es uno de los mejores artículos que he leído de este blog.
Es cierto, el profesor de secundaria no es profesor, hace de...
Bueno, hacía... porque murió el pobre.
Feto-Garci.
Posdata: Somos fetos. Esa es la verdad.
Y con mucha honra.
Comulgo con la opinión y la amplio, si se me permite, comentando que la profesión de profesor también desapareció en la educación primaria.Cuando me preguntan a qué me dedico contesto con sorna:" Funcionaria de prisiones" o "Sargento".
ResponderEliminarSomos un feto imposible, que busca la noche, para callar entre todos, el mundo y la nada, somos seis fetos en uno que amando se mueren, para vivir en secreto, lo mucho que quieren, somos en nuestra quimera, doliente y querida, no sé cuántas hojas que el viento llevó en el otoño...Ay...
ResponderEliminarEl problema de la identidad es un problema de centralidad, que diría Cioran. Nos tenemos tan en cuenta a nosotros mismos, nos importamos tanto, pensamos que cada una de nuestras palabras, están tan soberbiamente e incendiariamente cargadas de sentido cuando muchas veces rebotan en la más pura inanidad...que hasta echamos meadas territoriales para marcar nuestro territorio en este blog, un lugar infinito o un no lugar.
ResponderEliminarYo últimamente prefiero comentar las cosas de los otros a colgar mis pajas mentales... En fin, es tan difícil que nos importe minimamente la palabras de los otros, que nos lleguen, que nos seduzcan, que nos saquen de nuestra centralidad, que atenúen nuestro autismo, y nos lleven de la mano a la patética periferia en donde todos habitamos o deshabitamos... que hasta cuando nos enamoramos nos sentimos pequeños ante el objeto amado para sentirnos grandes, en nuestra soledad infausta de Pygmaliones ridículos. Se me da muy mal hilvanar un pensamiento filosófico minimamente socorrido. Mis lecturas de filosofía son parcas.... y abuso de este espacio discreto... ¿Qué importa quien es Feto-olé? Si le espera una nada infinita para festejarla infinitamente sin identidad ninguna .... remito al soneto de Hierro, Después de todo todo ha sido nada, que acaso pronto comente Vanessa Sobrado.
Feto-olé, el de este comentario y el del bolero anterior.
pues para ser Nada, nadais mucho.
ResponderEliminarEl texto de Con-Feto, aunque brillante y con grandes momentos, me parece un ejemplo de lo que Hegel denominaba "conciencia desgraciada". El absotuto racional no es posible, no es experimentable en las condiciones objetivas de mi tiempo, por tanto soy nada, temor y temblor, fané y descangallao. Pues no lo entiendo, porque si lo que uno hace no forma parte de su identidad, entonces ya no sé que puede significar el concepto de identidad en un sentido práctico (dado que, buscarla en la poesía elegiaca de uno mismo lo encuentro más abstracto).
ResponderEliminarSomos hojas que se llevará el viento, efectivamente, y este símbolo sería algo respetable que tatuarse en el hombro. Porque no contamos apenas ni decidimos nada, e incluso cuando se nos secuestra faenando en el Índico, como recuerdas, fuerzas políticas y opinantes a sueldo osan poner la razón de estado por encima de los derechos individuales, proporcionándonos con ello una medida de su catadura moral. Lo decía una de las familiares de las victimas: "no quiero una banderita española ni una medalla en la tele, sino que me traigan a mi marido vivito y coleando". Recuerdo que en Supermán II, una película para niños, el mismo presidente de USA se arrodillaba delante de los malotes superpoderosos a fin de proteger a su pueblo: pues bien, si fuese pertinente, Zapatero o el propio rey tendrían que arrodillarse físicamente ante los somalíes si ello fuese necesario para conseguir la liberación de unos currantes (sin pensar en los precedentes, orgullos nacionales ni hostias, máxime teniendo en cuenta que los dichosos piratas no son ventajistas, sino currantes también, y no románticos y tuneados johnny deep, sino gente buscando una salida a una economía destruída). Las instituciones siempre olvidan el fin para el que fueron creadas y tienden a perpetuarse a sí mismas inercialmente: de ahí la ilusión de que hay algo mecánico y mostrenco que salvar al margén de unas vidas concretas, a cuyo servicio nominalmente está. Ridículamente criminal, absurdamente necio discurso de fascistas trajeados.
En fin, nuestro destino histórico es no tener destino histórico alguno, pero eso no nos anihiliza, por decirlo así. Que le follen a la historia, al poder y a sus corruptos oficiantes: tenemos un terreno en el que trabajar, y si se trata de educación, no es nuestro ombligo. Nuestra tarea es local, no total, pero la localidad es para los locos, y la totalidad para los totalitarios. Llámate loco si rechazas el título profesor, eso no importa, pero ejerce si vales para ello y menos milongas fetales.
ole, turko. porque ¿de qué te sirve, feto flamenco, la conclusión a la que llegas? brillanteces aparte, claro.
ResponderEliminareres profesor, vigilante en excedencia, escritor en un blog y posiblemente muchas otras cosas. qué le vas a hacer.
El feto, contrariamente a lo que se dice por ahí, es un ser humano. Que en su forma tiene más de proyecto y de promesa que de ente terminado. De ahí que sea un símbolo riquísimo de nuestras posibilidades de crecimiento, de toda la potencialidad humana y de todo lo que puede llegarse a ser. No me extraña que Kubrick terminase “2001, una odisea…” con el fotograma del hijo de las estrellas, enorme feto que abría el paso de la humanidad a una nueva dimensión.
ResponderEliminarEl problema viene cuando los fetos se malogran y se convierten en abortos, es decir, en humanos alienados y no desarrollados. Eso (ESO) es lo que les ha debido pasar a los de 2º Z.
Yo también soy feto, también soy flamenco (aunque además me tira el blues, que es como el flamenco pero pasado por el melting pot de los EEUU), también soy profesor, también estuve en el IES Antonio Machado y también tengo alumnitos que me hacen comentarios de texto parecidos a los de Vanesa Sobrado. Y también tengo experiencia de trabajos no docentes con jornadas de 50 horas semanales.
O sea, que no te agobies, compañero profesor, que aunque enreden y fastidien, nuestra tarea, pese a quien pese, sigue siendo hermosa. Disfruta la experiencia.
Venga, que nos arrancamos por bulerías… ¡Ayyyy….. ayaayayayayyy ay…! ¡Eleee…!
Gumersindo turko, se te ha olvidao el nº9 de nuestro de-cálogo ¡Ughhhhhhhhhh! ¡Qué a agusto me he quedao, vaya tronco. Buen laxante, sí, pero también has pasado por alto el nº 10.
ResponderEliminarPues tú, colega de algo, has obviado dos "d"s y un signo de exclamación, pongamos que adrede. El decálogo, supongo, no es de aplicación para los comentarios, si es que lo es para cualesquiera cosa. Prefiero el del buen profesor, que no es imperativo, sino descriptivo.
ResponderEliminarMe gustaría que ustedes , que son tan sabios, tan leídos, tan escribidos, y que usan palabros que no vienen en el diccionario escolar de SM de mi sobrina Vanessa Sobrado, me hicieran un decálogo socorrido para freír como Dios manda, un huevo frito, que siempre el muy cabrón se me acaba rompiendo en la sartén y me queda como un fetillo huérfano, pobre, flotando, por usar una hiperbolonia, de la que les gusta a ustedes
ResponderEliminarLa tía sorda de Vanessa Sobrado
Si sobran las "milongas flamencas" también sobran los mini-manifiestos" (esto es un mensaje encriptado para mi amigo, que se hace llamar, turko y que aunque a alguien se lo parezca, no soy yo, aunque no sepa quién soy).
ResponderEliminarSigue la Cita de un sabio (perdona Vanessa):
"22. -Ag. ¡Ea! consideremos ahora esta parte en la que los signos no denotan signos, sino más bien las cosas que hemos llamado -significables-. Y dime, primeramente, si el hombre es hombre.
-Ad. No sé si ahora estás en plan de broma.
-Ag. ¿Por qué llegas a preguntarme si el hombre es otra cosa que hombre.
-Ag. Creo que juzgarías que me burlaba también de tí si te preguntase asimismo si la primera sílaba de este nombre es otra cosa que -hom- y la segunda otra que -bre-.
-Ad. Así es, ni más ni menos.
-Ag. Estas dos sílabas unidas forman hombre, ¿lo negarás?
-Ad. ¿Quién lo podría negar?
-Ag. Pregunto pues si tú éres estas dos sílabas unidas.
-Ad. De ninguna manera y ya veo a dónde apuntas.
-Ag. Dilo, pues, para que no me tengas por burlón.
-Ad. Piensas concluir que no soy hombre"
(San Agustín El Maestro o De Magistro, 22).
Y no te pongas farruquito con la sapiencia filosófica que aquí hay gente que nos da solfa en lingüística, semántica y semiología.
En fin, en definitiva y por lo que no dice el santo somos pues la unión de "fe" y "to". FE-TOS. Esto es, "la fe que tose" y como ha muy bien dicho alguien más arriba, una multiplicidad envuelta en muchos círculos.
¡Anda amigo turko! ¡Diviértete y deja divertirse a los demás!
Con-Feto
PD. El decálogo del huevo frito como Dios manda es una excelente propuesta y todo un reto.
Sea.
ResponderEliminarJoder, qué pasada Vane.
ResponderEliminar