Ya que los premios de asunto literario se han convertido en un asunto extraliterario, por qué diantres, se pregunta esta empresa, tal si se le apareciera a cada rato el fantasma del sentido común, como en una novela de Saramago, ¿no se crean ya directamente premios de asunto extraliterario para ser más coherentes? Si se trata de vender un producto en forma de libro podría salir ya con la etiqueta de fábrica... y así se podría acudir a concursos con el sujeto, el tema y la foma medianamente encarrilados...
Premio al poeta de la experiencia con menos experiencias poéticas. Premio al psiquiatra estrella que escriba el manual de autoayuda más consolatorio para superar el acoso laboral cotidiano, la crisis de los cuarenta, y el bajo rendimiento sexual premenopáusico. Premio al politólogo ególatra mayor del reino para que escriba un ensayo sobre las sutilezas, las trampas y los tiquismiquis de los nacionalismos irredentos. Premio al gacetillero tertuliano corrosivo inculto incombustible para que escriba una disertación sobre el canon de la belleza moderna “campo de exterminio” en relación con las nuevas tendencias de la novela y la arquitectura minimalista. Premio al comunicador logorraico más simpático y de mayor empatía con su teleaudiencia para que escriba un himno a sus pajillas de adolescente eterno y feliz... Premio al presentador/a de la tele, que hilvane con más gracia una novela negra con buenos revolcones. Premio al presentador/a de la tele que escriba con más gracia una novela erótica con sus buenas dosis de thriller policial. Premio a la columnista cívica que escriba una fábula parabólica sobre la violencia de género. Premio al actor nonagenario desmemoriado que escriba sus memorias ancestrales sirviéndose de un negro dramaturgo. Premio al periodista viajero que nunca salió del Hotel que escriba un ensayo sobre el tráfico de diamantes en el Congo. Premio al historiador revisionista de ultraderecha que aporte la fascinante tesis de que la Guerra Civil empezó en la segunda guerra carlista. Premio al periodista de centro radical que escriba la enésima biografía actualizada contra Fidel Castro. Premio Nobel al poeta más desconocido de la tierra… Si por ideas...
Premio al poeta de la experiencia con menos experiencias poéticas. Premio al psiquiatra estrella que escriba el manual de autoayuda más consolatorio para superar el acoso laboral cotidiano, la crisis de los cuarenta, y el bajo rendimiento sexual premenopáusico. Premio al politólogo ególatra mayor del reino para que escriba un ensayo sobre las sutilezas, las trampas y los tiquismiquis de los nacionalismos irredentos. Premio al gacetillero tertuliano corrosivo inculto incombustible para que escriba una disertación sobre el canon de la belleza moderna “campo de exterminio” en relación con las nuevas tendencias de la novela y la arquitectura minimalista. Premio al comunicador logorraico más simpático y de mayor empatía con su teleaudiencia para que escriba un himno a sus pajillas de adolescente eterno y feliz... Premio al presentador/a de la tele, que hilvane con más gracia una novela negra con buenos revolcones. Premio al presentador/a de la tele que escriba con más gracia una novela erótica con sus buenas dosis de thriller policial. Premio a la columnista cívica que escriba una fábula parabólica sobre la violencia de género. Premio al actor nonagenario desmemoriado que escriba sus memorias ancestrales sirviéndose de un negro dramaturgo. Premio al periodista viajero que nunca salió del Hotel que escriba un ensayo sobre el tráfico de diamantes en el Congo. Premio al historiador revisionista de ultraderecha que aporte la fascinante tesis de que la Guerra Civil empezó en la segunda guerra carlista. Premio al periodista de centro radical que escriba la enésima biografía actualizada contra Fidel Castro. Premio Nobel al poeta más desconocido de la tierra… Si por ideas...
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