SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO de William Shakespeare
Versión y dirección de Helena Pimenta
Versión y dirección de Helena Pimenta
Helena Pimenta nos presenta su versión de Sueño de una noche de verano en los Teatros del Canal, con una larga estela de giras y premios detrás. El texto de Shakespeare uno de los más cortos, (un encargo servil para adular a un noble en su boda, por lo que Shakespeare se permite más licencias formales y frivolidades que nunca), aparece reducido a lo más esencial y teatral por la directora vasca. Sin que falte una representación de las tres tramas o mundos, el de los jóvenes amantes desairados que se encuentran y desencuentran gracias al dardo adormidera de Puck, el mundo féerico y extático de hadas y duendes regidos por los caprichos y rivalidades de Oberón y Titania, y el mundo gremial y rústico de los artesanos atenienses, que ensayan su tosca obra de teatro, convertidos en hilarantes prototipos regionales a mayor gloria de nuestra España cañí y autonomista, muy en la línea crítica y desmitificadora del último Albert Boadella.
Si en un principio abruma la dicción acelerada, ampulosa y vehemente de los amantes, el montaje va cuajando en hallazgos magistrales, gracias a una luz abrupta y cenital, y a cuatro módulos de madera, que nos introducen en el bosque mágico y bullente por donde entran y se escabullen los actores.
Si en un principio abruma la dicción acelerada, ampulosa y vehemente de los amantes, el montaje va cuajando en hallazgos magistrales, gracias a una luz abrupta y cenital, y a cuatro módulos de madera, que nos introducen en el bosque mágico y bullente por donde entran y se escabullen los actores.
Hay momentos muy intensos, como la danza orgiástica de Titania, y la apoteosis de comicidad final. La parodia burda y contrahecha de un drama mitológico con las geniales torpezas de los actores, y esa espada sustituida por una taladradora. Aunque, quizá, la falta de los pedantes y ya bien emparejados jóvenes que comentan la obra, diluya el recurso de teatro dentro del teatro.
Hay que destacar la energía creativa inagotable de Helena Pimenta y su capacidad para contagiar una versatilidad constante a sus actores obligados a triplicar personajes, sin que se note apenas la repetición.
Acaso sea esta burda parodia del mundo mitológico y sentimental el mejor precedente del esperpento de Valle fuera de nuestras fronteras. Podíamos decir que el esperpento no solo lo inventó Goya ni Quevedo ni los espejos de El callejón del gato, sino estos geniales actores atenienses, aunque tengan muy poco de atenienses, y mucho de nuestra torpeza hispana.
Feto-olé
Aunque e texto no se entiende muy bien, pues hay palabras como federico, hilarante o extatico con x en lugar de ese y orgiástica, que para mí debía ser horgásmica.., y que no vienen de mi diccionario escolar de SM, me parece que la crítica habla bien de saquespeare y de la señora que lo dirige. Si no es así.... me lo dicen. Hace mucho que no cuelgo mis feto comentarios, porque como se me murió mi abuela y el javi me dejó para siempre estoy hecha polvo polvo polvo pero que polvo, y ni inspiración me queda.... y ya ni ganas de comerme el donus a la hora del recreo..
ResponderEliminarVanessa Sobrado