miércoles, 9 de septiembre de 2009

Haztema II

Pedro Contreras, que debió pasar a la historia de los manuales, como el poeta más práctico de las letras hispánicas, debio también figurar, al menos, como el novelista metaliterario, que llevó a este género tan cultivado, hasta sus últimas posibilidades expresivas, o lo que es lo mismo a un callejón sin salida.
El caso es que un día empezó a escribir la novela de un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio que escribía sobre un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio que escribía sobre un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio que escribía sobre un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio que escribía sobre un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio que a su vez escribía sobre un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio que a su vez escribía sobre un fraile benedictino que recreaba las obras de Terencio, hasta que un día desdichado, el cuarto de sus frailes benedictinos, se quedó en blanco....
¿En qué medida piensa el lector, que el bloqueo mental de este cuarto fraile benedictino, pudo afectar a los otros seis, los tres que le precedían por arriba, y los tres que le seguían por abajo? Si es capaz de contestar a esta pregunta de una forma plausible, esta empresa, definitivamente, se la corta.

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