LA CELESTINA de Fernando de Rojas, Acto XIX
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MELIBEA. ¿ Qué quieres que cante, amor mío? ¿Cómo cantaré, que tu desseo era el que regía mi son y hazía sonar mi canto? Pues conseguida tu venida, desaparecióse el desseo, destemplóse el tono de mi boz. Y pues tú, señor, eres el dechado de cortesía y buena criança, ¿cómo mandas a mi lengua hablar y no a tus manos que estén quedas? ¿Por qué no oluidas estas manos? Mándalas estar sossegadas y dexar su enojoso vso y conuersación incomportable. Cata, ángel mío, que assí como me es agradable tu vista sossegada, me es enojoso tu riguroso trato; Tus honestas burlas me dan plazer, tus deshonestas manos me fatigan quando passan de la razón. Dexa estar mis ropas en su lugar y, si quieres ver si es el hábito de encima de seda o de paño, ¿para qué me tocas en la camisa? Pues cierto es de lienço. Holguemos y burlemos de otros mill modos que yo te mostraré; no me destroces ni maltrates como sueles. ¿Qué prouecho te trae dañar mis vestiduras?
CALISTO. __ Señora, el que quiere comer el aue, quita primero las plumas.
LUCRECIA. __ Mala landre me mate si más los escucho. ? Vida es ésta? ¡Que me esté yo deshaziendo de dentera y ella esquiuándose porque la rueguen!
Aunque el texto no se entiende muy bien, porque está escrito a principios de la Edad Media y entonces casi nadie sabía escribir, menos los curas y algún duque, este cacho pertenece a la Celestina, del autor Rojas Marcos y vemos a Melibea que suelta un rollo tremendo, o sea aunque se raya un montón y le dice a Calisto un montón de ralladas, que si quiere que le cante una copla o un son y patatín luego le dice al Calixto el muy listo y bastante directo que deje las manos quietas, que las manos van al pan, y osea parece que la Melibea que al principio se hacía la estrecha, ahora al final evoluciona bastante, porque se comporta de forma bastante guarrilla y le pone el semáforo verde al Calisto, como la Paula, que el otro día me pasó un mensajito con todas las guarrerías que le hace a su novio en los lavabos. Y, bueno, la profe del año pasado nos dijo, que es que el Calisto en vez de ir de amante cortés, en plan fino, y echándole paciencia al asunto, pues en este cacho parece un camionero en un club de carretera, pues a la Melibea le empieza a catarle las ropas, y a dejarselas hechas unos zorros, y el caradura del Calisto, trata a Melibea como si fuera un pollero al que le quitara las plumas y se pasa cien pueblos. Y luego sale la Lucrecia que es la secretaria de Melibea y tiene un problema en los dientes, o algo así. El estilo es curioso, pues no se sabe si está en verso o en prosa, para mí, que empieza en prosa y termina en verso. Y lo peor es Melibea que habla mucho y como usa muchas palabras recargadas y algunos epítetos confusos y faltas de ortografía como poner voz con b no se entiende muy bien o se entiende a medias.
CALISTO. __ Señora, el que quiere comer el aue, quita primero las plumas.
LUCRECIA. __ Mala landre me mate si más los escucho. ? Vida es ésta? ¡Que me esté yo deshaziendo de dentera y ella esquiuándose porque la rueguen!
Aunque el texto no se entiende muy bien, porque está escrito a principios de la Edad Media y entonces casi nadie sabía escribir, menos los curas y algún duque, este cacho pertenece a la Celestina, del autor Rojas Marcos y vemos a Melibea que suelta un rollo tremendo, o sea aunque se raya un montón y le dice a Calisto un montón de ralladas, que si quiere que le cante una copla o un son y patatín luego le dice al Calixto el muy listo y bastante directo que deje las manos quietas, que las manos van al pan, y osea parece que la Melibea que al principio se hacía la estrecha, ahora al final evoluciona bastante, porque se comporta de forma bastante guarrilla y le pone el semáforo verde al Calisto, como la Paula, que el otro día me pasó un mensajito con todas las guarrerías que le hace a su novio en los lavabos. Y, bueno, la profe del año pasado nos dijo, que es que el Calisto en vez de ir de amante cortés, en plan fino, y echándole paciencia al asunto, pues en este cacho parece un camionero en un club de carretera, pues a la Melibea le empieza a catarle las ropas, y a dejarselas hechas unos zorros, y el caradura del Calisto, trata a Melibea como si fuera un pollero al que le quitara las plumas y se pasa cien pueblos. Y luego sale la Lucrecia que es la secretaria de Melibea y tiene un problema en los dientes, o algo así. El estilo es curioso, pues no se sabe si está en verso o en prosa, para mí, que empieza en prosa y termina en verso. Y lo peor es Melibea que habla mucho y como usa muchas palabras recargadas y algunos epítetos confusos y faltas de ortografía como poner voz con b no se entiende muy bien o se entiende a medias.
¡Qué vergënza! Estos textos están copiados literalmente de los modelos de comentarios resueltos de un libro de texto publicado por una digna profesora de secundaria. Les va a caer una demanda por plagio y escarnio.
ResponderEliminarSoy la auténtica Vanesa Sobrado. El anterior comentario es relativamente cierto; yo los copié de un manual de 4º de Santillana y, por eso mi profe, que no lo sabía me puso un 9. Osea que me están copiando a mí aunque no se entiende bien del todo.
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