Don Luis Barandián, tío abuelo del muy fértil escritor Pedro Contreras era un erudito de tomo y lomo. Se sabía al dedillo los nombres de todos los personajes del Quijote, desde Maritornes hasta Trifaldín el de la Barba blanca, en cambio no era capaz de recordar a derechas el nombre de sus siete sobrinos ni el signo del zodiaco de sus novias de juventud. Al final, vamos a darle la razón a Unamuno y Harold Bloom, el Quijote es más real que nosotros mismos.
martes, 22 de septiembre de 2009
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